José Graña Miró Quesada y su primo Hernando Graña Acuña, las cabezas visibles de la mayor constructora del país, Graña y Montero, en sus declaraciones como colaboradores eficaces de la fiscalía, no solo han delatado al expresidente Ollanta Humala y a su esposa, Nadine Heredia, o a sus socios de Odebrecht en el proyecto del Gasoducto Sur Peruano, sino también a la empresa española Enegás.
"Debo precisar que Enagás sí tenía conocimiento de la injerencia que había tenido Nadine Heredia para que Graña y Montero salga (saliera) del consorcio y también que Nadine Heredia no quería que Graña y Montero regrese a conformar el consorcio", relató Hernando Graña.
Luego contó que en una reunión en la que estuvo, el 9 de abril de 2014, en la que además participaron Jorge Barata por Odebrecht y Jesús Saldaña, director general de desarrollo de Enagás), entre otros, el mismo Barata le explicó a Saldaña de las dificultades que había con Humala y Heredia para ganar la buena pro del GPS. "Si Graña y Montero no se retiraba, la pareja presidencial le señaló que iban a perder el apoyo para ganar la concesión del Gasoducto Sur Peruano", apuntó.
Los testimonios de ambos empresarios tendrán un impacto en las procesos contra el Estado peruano que Enegás y Odebrecht iniciaron ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), en un intento por recuperar sus inversiones, señalaron fuentes que cita La República relacionadas con el caso.
La demanda de Enagás es sobre el monto que la española y sus socias, Odebrecht y Graña y Montero, habían invertido en el proyecto hasta el momento en que este fue cancelado, en el 2017, en la gestión del expresidente Pedro Pablo Kuczynski. La cifra rondaba los US$ 1.980 millones, de la que a Odebrecht le correspondería US$ 1.200 millones y a Enagás US$ 400 millones.
Así, en ese contexto, Hernando Graña dijo que acordaron con Odebrecht salir del consorcio, pero con el compromiso de volver luego de ganado el contrato.
"Una de las cosas que también se acordó con Jorge Barata y Rodney Carvalho fue [a propuesta de Graña y Montero] llamar a Enagás de España (con quienes Graña y Montero tenían una buena relación por ser socios en TGP, Transportadora de Gas del Perú) para que entrara de Socio Operador estratégico, porque ya no iba a entrar la empresa china. Entonces, se acordó que Enagás entraría con el 25% y saldría (del consorcio) Graña y Montero con la posibilidad de regresar después. A partir de ahí, Graña y Montero dejó de trabajar en el proyecto".
El Equipo Especial Lava Jato interrogará a Barata y Rodney Carvalho –exejecutivo de Odebrecht en el consorcio– en Curitiba, Brasil, el próximo 10 y 11 de marzo. La diligencia sobre el caso el Gasoducto del Sur, en la que serán interrogados no solo sobre los presuntos actos ilícitos cometidos por Odebrecht sino también sobre la presumible complicidad de Enagás en los hechos investigados.
En su testimonio, Hernando Graña también relató cómo la empresa brasileña le puso condiciones a su constructora para incluirlos en el consorcio que ganó la licitación del gasoducto, que incluía aportes de dinero a la campaña de Humala.
"Se estableció que para que Graña y Montero pueda participar del consorcio, debía reconocer la inversión hecha por Odebrecht por el monto de US$ 60 millones. Para justificar este monto, Jorge Barata le dijo a Hernando Graña que se debía a los costos por (...) la ingeniería del proyecto, el Estudio de Impacto Ambiental, los pagos por derechos y otros gastos asumidos por ellos, entre los que estaba incluido el aporte a la campaña electoral de Ollanta Humala".
Hasta donde sabe la fiscalía, Odebrecht reclamaba a la expareja presidencial su respaldo para obtener el proyecto gasífero en el sur, a cambio de la donación de la constructora brasileña a la campaña de Humala, por lo que sostienen que así como Barata le contó de esta situación a Graña y Monteto, es muy probable que los hiciera también Enagás. La confirmación podría llegar en la próxima diligencia en Curitiba.
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