Pablo Macera falleció este miércoles 9 de enero a los 90 años. Sanmarquino, estudiante de Letras y Derecho en sus inicios y luego de Historia. Estudió además en Francia y fundó el Seminario de Historia Rural Andina, instituto perteneciente a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Autor de decenas de libros, fue presidente del Patronato Nacional de Arqueología, catedrático en diversas universidades y congresista en el año 2000.
"...el historiador de la generación de los 50, el rebelde, innovador, impredecible e inteligente. Enjuició duramente nuestra historia republicana y la dejó de lado para estudiar el Perú indígena". Así lo acaba de describir su colega y amigo Manuel Burga, director del Lugar de la Memoria (LUM).

La República peruana
En 2017, Burga lo entrevistó, y cuando le preguntó acerca de la República peruana, aquella de la que tanto se habla y se entiende poco, el maestro historiador respondió:
"...la República podría entenderse como una estafa, una ilusión, para las mayorías peruanas, ya que muchos no gozaron de los beneficios que se esperaban, y aún ahora luchan por sobrevivir porque la República no les ha solucionado los problemas de educación, seguridad, salud, peor aún de bienestar, ni imaginar de felicidad. Esta es una afirmación categórica, que ustedes la pueden entender como una ironía, una declaración provocadora o un desafío".
"Se utilizó esta horrorosa palabra de estafa pensando en las intenciones escondidas de los criollos que promovieron, por ejemplo, el fin de la esclavitud y la abolición de la contribución personal de los indígenas en nuestro país".
Y cuando le pidió que explicara en qué temas, sucesos o procesos se debería insistir para construir una nueva historia de la República, Macera dijo:
"El desafío es encontrar lo bueno, lo rescatable, lo que de alguna manera construye la República, por ejemplo, los ideales liberales, compartidos por mucha gente de la época que no sabía qué era el liberalismo, aquellos que condujeron a la abolición de la esclavitud y la supresión de la contribución de indígenas en 1854, en respuesta a una amplia opinión pública favorable a estos dos procesos y los liberales se mostraron decididos a universalizar la ciudadanía a la manera de una república europea".
Perú indígena
Burga inquirió acerca de cuánto había cambiado el país en los últimos 100 años.
"El Perú se ha indianizado. Ahora somos algo más de 30 millones de habitantes, un 60% en las ciudades grandes de la Costa por la avalancha migratoria de este a oeste, de la Sierra (incluyendo a la Selva) hacia ciudades costeñas, como Lima, que ahora parecen ciudades indígenas. La presencia de lo criollo casi se ha atenuado. La migración hacia Lima se incrementó durante la década de 1950, luego se masificó, hasta volverse una auténtica invasión".
También le preguntó si el Perú actual es más nacional porque reconoce e integra lo indígena.
"No, es más nacional porque es más indígena, pero aún las políticas públicas no tienen esta misma naturaleza, y eso es lo que probablemente convierte al Perú de hoy día en un país cercano a una eclosión popular de los que buscan más ciudadanía y reconocimiento como ciudadanos, con territorios y culturas propios".
Descanse en paz, maestro.