Chile está protestando contra el modelo económico. La manifestación de escolares contra el alza de los pasajes del transporte público solo fueron la gota que derramó el vaso y activó otras demandas sociales. En la segunda noche de toque de queda de Santiago de Chile y otras ciudades, Sebastián Piñera brindó una conferencia de prensa rodeado de militares.
“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, el metro, los supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible”, afirmó el mandatario chileno.
Sobre los disturbios, Piñera señaló que “los vándalos son verdaderos criminales”. “Nuestros compatriotas tienen derecho a protestas y compartimos muchas de sus inquietudes y necesidades”, agregó.
“Le pido a todos mis compatriotas que nos unamos en esta batalla que no podemos perder, que nos ayudemos a que todos los demás tengamos mañana un día lo más normal posible y que logremos por fin empezar a ganar esta batalla".
“Nos vamos a permitir que los delincuentes se sientan dueños de este país”, concluyó.
Hasta el momento, la reacción de Piñera ante las protestas sociales en Chile no han servido para calmar a los ciudadanos. Lo que empezó como una evasión masiva de estudiantes escolares al negarse a pagar los pasajes del metro, terminó convirtiéndose, como señalan más de 300 organizaciones sociales del país, en un reclamo por el modelo económico que ha privatizado la educación, la salud, precarizado el trabajo y el sistema de pensiones, así como aumentado la desigualdad social y de género.
[Foto de portada: El Mostrador]
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