"La grave situación que hoy marca la política peruana nos debe llevar a una profunda reflexión, dando respuestas concretas, responsables y evitando caer en venganzas y/o complicidades, demostrando así madurez política y social en el Perú y en la comunidad internacional", dice monseñor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, desde Ciudad del Vaticano. 

En su opinión, la disolución del Congreso de la República representa una oportunidad para combatir el circuito de la corrupción grande y pequeña, a todos los niveles.

"También es verdad que no podemos perder la perspectiva de cambiar profundamente las situaciones adversas y mejorar como país, en lo moral y en el respeto al bien común, porque no solo debemos de pensar en grupos sociales y políticos sino en los más de 33 millones de peruanos, especialmente en nuestros niños y jóvenes que son el futuro del Perú", añade.