Uruguay es uno de los países más pequeños del continente pero curiosamente uno de los que ha dado pasos agigantados para lograr una sociedad igualitaria donde se respeten los derechos de todos sus ciudadanos. Muestra de ello fue que junto con Argentina se convirtieron en los primeras naciones sudamericanas en aprobar leyes de matrimonio igualitario e identidad de género.

En la república oriental, las personas trans tienen derecho a la identidad desde el año 2009, pero no fue hasta 2018 que una norma aprobada por el Legislativo de ese país otorgo derechos plenos por lo que la comunidad trans venía luchando desde hace décadas.

Tal y como resume muy bien Página 12, la ley denominada popularmente 'ley trans' incluye "la posibilidad de hacer los cambios registrales según la identidad sexual y un cupo para que el 1% de los cargos de la administración estatal sean destinados a personas trans. También contempla un régimen reparatorio para quienes hayan sido víctimas de violencia institucional, la exigencia de que todas las instituciones educativas brinden apoyo para que las personas trans puedan seguir sus estudios y programas de vivienda y acceso a la salud integral".

Pero este logró intentó ser empañado desde un inicio por sectores ultraconservadores y fanáticos religiosos, que buscaron por todas las vías de que la ley, aprobada con gran aceptación de los ciudadanos, sea eliminada.

Fue así que iniciaron un proceso de movilización con miras a someter a referéndum la derogatoria de la norma, el mismo que debía contar como primer paso con llevar la propuesta a consulta ciudadana para ver si finalmente se sometería a referéndum.

Lamentablemente, para los sectores opositores, apenas se llegó casi a la asistencia del 10% del padrón electoral, muy lejos del 25% exigido por ley para que el refréndum sea viable. 

Es decir, de los más de dos millones y medio de uruguayos y uruguayas llamados a votar el último domingo, apenas casi 270 mil fueron a manifestarse hasta los locales electorales.  Visto de otra forma, 9 de cada 10 uruguayos optó por no hacer caso a la convocatoria impulsada por los ultraconservadores.

Aunque los resultados dan una muestra clara que los estados cercanos a Brasil, como Rivera con el 25% de la votación, y los tradicionalmente conservadores como Salto, vienen siendo azotados cada vez más por una fuerte corriente evangélica que pretende hacerse con los poderes públicos como en otros países de la región, pese a que constitucionalmente en el caso de Uruguay se trate de un estado laico.


Notas relacionadas

Bruno Montenegro, el corazón detrás de la Reforma Trans en la UNSA de Arequipa

¿Qué pasa cuando una chica trans muere en el Perú?