Tal como se preveía, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos rebajó los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el rango entre de 2 % y 2.25 %, en respuesta a la debilidad económica global y a la inflación controlada en el país, lo que supone un giro estratégico radical, ya que es el primer recorte del precio del dinero desde diciembre de 2008, en plena crisis financiera.

La medida se justificó como un ajuste preventivo para estimular la expansión económica en medio de la incertidumbre por la guerra comercial que el gobierno del presidente Donald Trump inició con China y se espera que genere a la vez más inflación.

La Fed sostuvo en un comunicado que decidió bajar la tasa "a la luz de las implicaciones para el panorama económico de los desarrollos globales así como por la débil inflación". Agregó que "continuará monitoreando" cómo la nueva información afecta a la economía, y agregó que "actuará según sea apropiado para sostener" una expansión económica récord en Estados Unidos.

El presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, adelantó así dos meses la suspensión en la reducción del balance, para este mes de julio en lugar de septiembre como estaba previsto. ¿Qué implica esta de decisión? Que mantiene intactos los activos de deuda acumulados durante la crisis, que hoy rondan los 3.8 billones de dólares. "Es ajuste estratégico a medio ciclo", refirió el presidente de la Fed al explicar la doble decisión de su despacho.

Es la quinta vez en los últimos 25 años que la Fed revierte el alza de tipos en EEUU para pasar a recortarlos, pero Trump probablemente quede decepcionado porque no haya realizado un recorte mayor. El presidente había criticado al banco central por no hacer lo suficiente para ayudar a su gobierno a impulsar el crecimiento de la primera economía del mundo.

Powell y otras autoridades de la Fed se situaron en un punto intermedio, al señalar riesgos como la continua incertidumbre en el frente comercial, la baja inflación y el debilitamiento de la expansión global, pero reiteraron que la economía de Estados Unidos goza de buena salud.

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