La selección de EEUU de fútbol femenino ganó este domingo su cuarto Mundial, de los ocho disputados hasta ahora, al derrotar a Holanda 2-0, con lo que agranda su leyenda en el deporte rey, el que aún hoy muchos creen que sigue siendo solo de 'hombres'. Y lo hizo con un gol de penalti ─cobrado por el VAR─ de Megan Rapinoe y otro de Rose Lavelle.
Así, Rapinoe ─la voz y estandarte de este Mundial de la reivindicación─ le tapó la boca nada menos que al presidente de su país, Donald Trump, quien la emplazó a que primero juegue y gane antes de hablar, ofendido porque la deportista había adelantado que en caso EEUU gane otra vez el título mundial no iría a la "puta Casa Blanca".
Y lo hizo: su equipo ganó y ella, una de las defensoras de los derechos LGTBI más emblemáticas de su país y el mundo, no cambiará la adulación por sus principios. Además del título mundial para su país, Rapinoe ganó el Balón de Oro a la mejor jugadora del torneo y también la bota de oro como máxima goleadora (anotó seis tantos en cinco partidos) y sigue pensando que Trump es un "sexista", "misógino", "mezquino", "racista" y "mala persona", por citar algunos de los adjetivos que ha utilizado la capitana estadounidense para referirse al magnate neoyorquino.
Porque Rapinoe nunca se calla, ni dentro ni fuera del campo. Alza su voz, que cada vez tiene más eco, por las causas justas. Este domingo, casi como un homenaje a todas esas mujeres que le dieron brillo y notoriedad a esta cita deportiva, antes que Gianni Infantino, presidente de la FIFA, entregara los premios, todo el estadio de Lyon, en donde se disputó la final del Mundial femenino, empezó a cantar "Equal Pay" [igualdad de salarios].
Pero el dinero es solo una de las tantas desigualdades que hay el fútbol femenino, que en este Mundial han sido más notorias y evidentes, en parte por las voces tan necesarias como las de Rapinoe, que no se guardó nada antes de la final, porque sabía que en juego está mucho más que un título.
"Es un insulto para el fútbol femenino, es una idea terrible jugar la final de la Copa América y la Copa Oro el mismo día que nuestra final. Hablamos de una final de un mundial, debería paralizarse todo en el fútbol para darnos visibilidad".
Estas palabras definen bien el carácter y personalidad Rapinoe como líder, símbolo y referente en la lucha por la igualdad de género. Pero no importa. La desidia oficial no pudo evitar que la final del Mundial de mujeres haya colapsado el transporte de la ciudad de Lyon. Tampoco el sol infernal (37 grados) que golpea a Europa. Igual, la gente se volcó al estadio, lo llenó y vibró con un espectáculo hermoso.
Este es quizá el último título que gane esta zurda de 34 años con la selección de EEUU, pero su lucha continuará fuera de los campos de juego, porque ya se ganó un lugar la historia del fútbol femenino. "Estoy cada vez más vieja, y ser capaz todavía de vivir estos momentos es simplemente increíble. Ha sido una larga aventura. ¡Pasan tantas cosas que la gente no ve!", afirmó tras la final.
"Con la edad, me hago cada vez más sensible. Estoy emocionada. Ver a este equipo triunfar, vivir este momento, es verdaderamente especial. Estaba toda mi familia, mis amigos. Voy a dejar pasar la noche, festejar todo esto".
Rapinoe insistió en la brecha salarial que hay en el fútbol, que es solo el reflejo una sociedad desigual.
"Todas las jugadoras durante este Mundial hemos brindado el espectáculo más increíble. No se puede hacer nada más para impresionar. Hay que pasar a la etapa siguiente. Todo el mundo está preparado para que cobremos lo mismo. Ahora necesitamos saber cómo podemos apoyar a las federaciones y apoyar los campeonatos de todo el mundo".
DATOS
► La selección femenina de EEUU ganó su cuarta Copa del Mundo, después de lograr los título en 1991, 1999 y 2015. El equipo de mujeres también cuenta con cuatro medallas de oro olímpicas (1996, 2004, 2008, 2012).
► El pasado 8 de marzo, durante la jornada internacional de los derechos de la mujer, 28 jugadoras denunciaron a la Federación Estadounidense de Fútbol (USSF) por discriminación ante un tribunal de Los Ángeles, reclamando igualdad salarial con el equipo masculino.