En el Perú hay muchos motivos para sentir orgullo, pero el civismo no es uno de ellos, porque un experimento social que consistió en "perder" 17.303 billeteras, algunas con dinero y otras sin él, para evaluar la honestidad de la gente en 355 ciudades de 40 países del mundo, reveló, para sorpresa de los investigadores, que las personas devolvían en la mayoría de casos las que tenían plata dentro, excepto en el nuestro y en México.

El estudio en mención, realizado a lo largo de tres años, es probablemente una de las más grandes pruebas en el mundo real para determinar qué tan honestas son las personas cuando se les dan los incentivos para no serlo. Y los resultados han demostrado que muchas de las creencias sobre el comportamiento humano no son correctas, porque las personas suelen ser realmente más propensa a regresar las billeteras que contienen dinero, destaca la revista Science, donde se publicó el artículo.

En concreto, el experimento social arrojó que el 51% de las billeteras con dinero fueron devueltas por ciudadanos de a pie, mientras que la tasa de devolución bajó al 40% en las que no había efectivo. ¿Qué significan estos resultados para los investigadores? Que contener dinero o no modificó la conducta humana, que se explica por una combinación de altruismo y aversión a verse a uno mismo como deshonesto o "ladrón". 

Para Nina Mazar, una científica conductual en la Universidad de Boston que no estuvo involucrada en el estudio, los resultados "demuestran que cuando tomamos una decisión sobre ser deshonestos o no, no se trata solamente de '¿Qué puedo obtener de ello contra cuál es el castigo, qué esfuerzo es necesario?'". 

"Realmente importa que las personas tengan moral y les guste pensar en sí mismos como buenos seres humanos".

Sin embargo, esas muestras de civismo fallaron en dos de los 40 países en los que se aplicó el estudio: Perú y México.  En el caso peruano, los márgenes fueron más reducidos: solo el 10% de billeteras con dinero se devolvieron, frente al 20% de las que no tenían plata dentro. Los mexicanos devolvieron poco más del 20% de las carteras sin efectivo, mientras que el porcentaje de devolución de las que lo tenían superó por poco el 10%.

En la región, países como Argentina, Brasil o Chile pasaron el reto, pero este último con un margen bastante estrecho. Las devoluciones con o sin dinero rondaron en ambos casos el 30%.

¿Cómo se hizo el experimento?  El montaje consistió que un voluntario del estudio se acercaba a cualquier empleado de instituciones públicas o privadas con el siguiente libreto:  "Hola, me encontré esta billetera en la calle. Alguien debió perderla. Tengo prisa y debo irme. Por favor, ¿podrías encargarte?".  El monto que se dejaba dentro de la cartera rondaba los US$10 en la moneda local de cada país en la que se hizo la investigación. En algunos casos, hubo una ligera variación que atendía al poder adquisitivo.

Así, el voluntario dejaba al empleado como muestra experimental y en medio de una encrucijada: ¿devolverla o no? Durante 100 días, las cuentas de correo creadas para la ocasión recogieron todos los contactos para devolver las pertenencias. En paralelo, los investigadores buscaban establecer si esa tendencia mayoritaria a la devolución de las billeteras tenía que ver con que la cantidad de dinero no era tan significante. Para ello, tomaron muestras en Estados Unidos, Polonia y Reino Unido y subieron el monto del efectivo en las billeteras 'perdidas' hasta US$94. La tasa de devolución aumentó todavía más.

Christian Zünd, uno de los coautores del estudio, sostuvo que la encuesta halló que "sin dinero, no reportar una billetera no se siente como robo. Sin embargo, con dinero, repentinamente se siente como un robo y se siente más como un robo cuando el dinero en la billetera aumenta".