El pasado 19 de mayo, 104 abogados rindieron una prueba en el proceso de selección de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), el organismo que está reemplazando al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y que asumirá sus poderes: nombrar, evaluar y destituir a jueces y fiscales. Los resultados de este examen provocaron sorpresa: solo tres de ellos aprobaron y el que obtuvo el más alto puntaje era una persona que defendía a acusados de corrupción y lo hacía de manera muy agresiva e insultante en redes sociales. 

En ese momento, surgieron los cuestionamientos a esta evaluación. ¿Qué sentido tiene hacer un examen de conocimientos jurídicos en este caso?, ¿no bastaba con el requisito de haber ejercido profesionalmente o haber sido docente universitario un mínimo de 25 años?, ¿los conocimientos no estaban garantizados con el requisito de haber realizado trabajos de investigación jurídica durante 15 años?

Debido a las poderosas funciones de la JNJ, el requisito más importante debería ser tener solvencia e idoneidad moral. Pero, ¿hay manera de probar esto?, ¿es posible detectar a un corrupto? La ciencia ensaya algunas respuestas.

Luis Matos Retamozo, médico psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, explica que el corrupto es una persona que no respeta ni toma en cuenta los valores de una sociedad, que le da lo mismo robar y no le importa quedar mal con tal de beneficiarse. 

"Por lo general, la persona corrupta es aquella que tiene rasgos sociopáticos de personalidad", dice en una nota de Andina.

El psiquiatra Guillermo Ladd, de la misma institución, agrega que los corruptos pueden no tener empatía, ni sentir culpa cuando se comete algún error y usan a otras personas para el beneficio propio.

Esto, según el especialista, lo podemos ver en hechos cotidianos.

"Toda conducta dirigida hacia el egoísmo, la falta de solidaridad con el otro, dará lugar a conductas corruptas. Eso se ve en cosas mínimas: llamadas que son recibidas y se niegan; el maltrato que se hace hacia personas que trabajan en el hogar", afirma. 

Matos Retamozo advierte que es peligroso cuando las personas justifican la corrupción o cuando los ciudadanos no la denuncian. “Ese día estaremos perdiendo nuestros valores y dañando nuestra salud mental”, afirma.


¿Es posible elaborar un examen para detectar a un potencial corrupto?

Como afirman los especialistas en salud mental, las personas corruptas tienen rasgos psicopáticos. En este sentido, debemos señalar la Escala de Evaluación de la Psicopatía de Hare o PCL (Psychopathy Checklist).

Este instrumento, creado en base a población penitenciaria en práctica clínica y forense, evalúa los principales rasgos de personalidad y características propias de las personas con psicopatía a través de 20 ítems. Entre las características que evalúan estos ítems, están: superficialidad emocional, egocentrismo y sentimientos de grandiosidad, búsqueda de sensaciones, mentira patológica, manipulación, ausencia de sentimiento de culpa, falta de empatía, ausencia de autocontrol, impulsividad, no aceptación de responsabilidades por conducta, entre otros.

Para ello, el profesional en salud mental hace una entrevista semi-estructurada de aproximadamente dos horas en las que puntúa cada ítem con un máximo de 40. Cuando el puntaje es mayor a 25, se considera predictora de conductas antisociales y violentas. En los casos que se pase de 30 puntos, se considerará existencia de psicopatía. Pero además de esta evaluación, el profesional deberá realizar una observación y análisis de la conducta del sujeto, así como entrevistar a personas de su entorno y estudiar sus antecedentes.

Esta prueba ha demostrado utilidad para pronosticar probabilidad de reincidencia, valorar posibles quebrantamientos de condena y pronosticar la realización de conductas antisociales, como explica una web especializada.

Por otro lado, en una reciente entrevista brindada a Idehpucp acerca de las mentes corruptas, la psicóloga social Lina Arenas afirmó que las pruebas para medir conductas deshonestas no pueden dar un diagnóstico clínico para predecir que una persona va a ser corrupta.

“Sería una aproximación a una realidad del ser humano que es bastante más compleja”, dijo. 

El filósofo Franklin Ibáñez también afirmó que se debe tener cuidado con los exámenes que se aplican para buscar indicadores de corrupción.

“Asumiendo que una persona de niño creció en un ambiente insano [rodeado de delincuencia, violencia, corrupción, narcotráfico, etc.] de todas maneras si se le hace el examen, saldrá mal y se le pondría prácticamente una cruz, ya no tendría libertad ni autonomía y se estaría atentando contra un derecho humano”, dijo.


Los peruanos y la corrupción

En octubre del 2018, Ipsos Perú publicó en El Comercio el primer 'Índice de propensión a la corrupción '. Según este estudio, la mitad de peruanos muestra una propensión media o alta a la corrupción, 15 de cada 100 peruanos son altamente propensos a la corrupción, mientras que 35 lo son en menor medida. 

"Más de la mitad de peruanos tolera conductas que transgreden las normas, y la tercera parte reconoce que ha tenido experiencias cercanas de corrupción", señala el estudio.


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