Le baja el tono a la crispación política. El jefe del gabinete, Salvador del Solar, dijo que "el Gobierno no ha planteado ninguna cuestión de confianza", en alusión a esa  posibilidad que se ha empezado a escuchar en el Congreso, donde Fuerza Popular y el Apra arremetieron contra el presidente Martín Vizcarra y lo acusaran de buscar un "quiebre democrático" luego de fuera hasta el mismo Legislativo a confrontar a los congresistas que se oponen a la reforma política, y concretamente a modificar la inmunidad parlamentaria.

Pero el premier dijo que lo que sí está sobre la mesa es "la cuestión de confianza de los peruanos sobre la política". La única forma de poder recuperarla es a través de una reforma como la que han planteado, insistió.

"No pedimos eliminar la inmunidad, que no se confunda, pedimos cambios en las reglas para que la inmunidad sea revisada por otra instancia, la Corte Suprema. Los congresistas no quedarían desprotegidos, solo que no serían ellos mismos los que decidan sobre su protección".

Según dijo Del Solar en su habitual rueda de prensa tras el Consejo de Ministros de los miércoles, el Ejecutivo no quiere imponer ninguna idea en particular sobre la inmunidad parlamentaria, pero advirtió que no se puede archivar una propuesta sin discutirla. "Queremos escuchar todas las ideas", remarcó.

El proyecto del Ejecutivo sobre la inmunidad parlamentaria, que fue archivado la semana pasada en la Comisión de Constitución sin mayor análisis, planteaba que fuera la Corte Suprema la que decidiera sobre el levantamiento del fuero de los congresistas y otros altos funcionarios con derecho a antejuicio, para evitar casos escandalosos como el del prófugo congresista Edwin Donayre, quien fue blindado durante meses por sus colegas, sobre todo fujimoristas, para evitar que cumpla la condena de cinco años de cárcel que pesa contra él por peculado.   

"Si hay propuestas del Legislativo, por supuesto que pueden ser discutidas. No estamos hablando de una Reforma Política cualquiera. Pero cuando congresistas se convierten en prófugos de la justicia, tiene sentido que la ciudadanía pida cambios para regular la inmunidad".


Inmunidad de arresto

En el fujimorismo también han empezado a ceder aunque con trampa, ya que su vocero, Carlos Tubino, dijo este miércoles que evalúan un proyecto para modificar el artículo 16 del Reglamento del Congreso de la República sobre la inmunidad parlamentaria, que implicaría dos cambios: uno sería eliminar la inmunidad de arresto y el otro, acortar los plazos para atender los pedidos de levantamiento de inmunidad que presente el Poder Judicial.  

"Estamos analizando que si un congresista viene con un proceso judicial pendiente, como en el caso del congresista Edwin Donayre, no necesita tener inmunidad de arresto. No debería tener inmunidad de arresto, mientras que la inmunidad de proceso no la necesita porque ya está siendo procesado", explicó Tubino en El Comercio.

Pero esa propuesta sería inconstitucional, porque la inmunidad de arresto está contemplada en el artículo 93 de la Constitución, es decir, no puede ser modificada a través de una norma de menor rango, como es un reglamento, explicó el extitular del Tribunal Constitucional Óscar Urviola, también en el decano. 

"Si se quisiera modificar esto, o eliminarse, tendría que ser a través de una reforma constitucional y no por modificación del reglamento. Sería inconstitucional porque una ley de inferior rango, como es una resolución legislativa, no puede modificar la Constitución".

Un amague más

Sea como fuere, todo parece indicar que el inminente choque de poderes que se avizoraba, no terminará de fraguarse, como lo ha advirtió el analista político Eduardo Dargent, en su columna de El Comercio:

"Lo que todo esto revela, más bien, es la improvisación de dos poderes que no saben lo que quieren. Si quiere ser constructivo, el Ejecutivo tiene la responsabilidad de ordenar sus ideas y comunicar la urgencia de la reforma política. Presionar, pero con un norte. Y el Congreso debería intentar ponerse por encima de su mediocridad para construir una agenda de reforma que muestre que sabe hacer algo más que pelear con su sombra o defender sus beneficios. Sería lo más deseable. Lo más probable, sin embargo, es un empate improductivo".

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