El fantasma de los falsos positivos vuelve a ensombrecer a Colombia, en medio de una crisis política que desató el caso del exlíder de las FARC Jesús Santrich, que ha puesto en entredicho todo el proceso de paz en este país. Un artículo del New York Times, publicado este sábado y que cita órdenes escritas y entrevistas con altos oficiales del Ejército, revela que en las altas esferas de las Fuerzas Armadas se habría pedido a sus tropas que dupliquen las cifras de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en batalla.

Según relata el influyente diario estadounidense, a inicios de año, los generales y coroneles colombianos se reunieron y se les pidió firmar un compromiso escrito para intensificar los ataques. La reunión la encabezó el general Nicacio Martínez Espinel, comandante del Ejército. 

En este contexto, una de las órdenes más polémicas que se han dado es la que avala a los soldados a que no"exijan perfección" al momento de ejecutar ataques letales, lo que abre la puerta a que acepten bajas civiles injustificadas durante el proceso.

"Los oficiales dijeron que los soldados colombianos vuelven a estar bajo una intensa presión y que este año ha comenzado a surgir un patrón de asesinatos sospechosos y encubrimientos. En una reunión relatada por uno de los oficiales, un general ordenó a los comandantes ‘hacer lo que sea’ para mejorar sus resultados, incluso si eso significaba ‘aliarse’ con grupos criminales armados para obtener información sobre objetivos".

El informe, que ha desatado controversia en Colombia, donde el ambiente político ya está agitado por el caso Santrich, alerta que este año "ha surgido un patrón de asesinatos sospechosos" en el país, que coincide con esas nuevas órdenes, las cuales ─agrega el Times─  "han generado incomodidad entre los militares", porque se asemejan al llamado "body-counting", que provocó ejecuciones extrajudiciales o también llamadas "falsos positivos", en el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, un férreo opositor a los acuerdos de paz con las FARC y mentor político del actual jefe de Estado, Iván Duque. El escándalo de los falsos positivos estalló a mediados de la década del 2000, por casos como el de las Madres de Soacha.

¿Lo malinterpretaron?

El general Martínez le dijo al medio norteamericano que había emitido una orden por escrito que instruía a los principales comandantes a "doblar los resultados", al explicar que tomó esa decisión por "la amenaza que Colombia sigue enfrentando por parte de las organizaciones guerrilleras, paramilitares y criminales", aunque lo que cuestionó fue la forma en que los oficiales han interpretado sus instrucciones. 

"La orden que hay es de ser operacionalmente efectivos”, dijo. “Unos me dijeron superar el 10 por ciento. Listo, usted quiere superar el 10. Otros dijeron: ‘Yo quiero hacer el 50 por ciento más de las afectaciones, pero nunca de muertos’. Otros: ‘Yo quiero hacer el 100 por ciento’. Hay unos que la han cumplido, otros que no la han cumplido", agregó.

Sobre la orden de realizar operaciones sin estar seguros del objetivo, el jefe del Ejército alegó que era una indicación para cuando se planifiquen acciones, pero no para cuando se ejecuten, pese a que la orden escrita dice, textual, "hay que lanzar operaciones con un 60-70 % de credibilidad y exactitud" y que según los oficiales consultados por el Times, el margen antes era de alrededor del 85 %.

"El respeto absoluto a los derechos humanos es lo más importante", afirmó el general Martínez. "Todo lo que hagamos tiene que estar en el marco de la ley", anotó, pero los oficiales a su cargo sostienen lo contrario.

Por ejemplo, uno de los militares que habló para el reportaje bajo la condición de mantener su anonimato por temor a las represalias de sus superiores, dijo: "Hemos regresado a lo que estábamos haciendo antes", en alusión a excesos del pasado.

Por ejemplo, el informe menciona que unos de los oficiales con los que conversó el Times citó un asesinato que el Ejército calificó como la muerte de un miembro del grupo paramilitar del Clan del Golfo, el 25 de febrero pasado. "En el documento se decía que tres miembros del grupo habían luchado contra un pelotón del Ejército, y que el combate terminó en una muerte y dos arrestos (…) Un oficial cree que es poco probable que tres delincuentes con armas ligeras se enfrentaran a un pelotón de 41 hombres", dijo.

Las órdenes del general Martínez también coinciden con la presión del gobierno de EEUU de Donald Trump, para que Colombia muestre resultados en la lucha contra el narcotráfico, donde ha tenido pocos progresos a pesar de los 10.000 millones de dólares de ayuda estadounidense que recibe el gobierno colombiano.

El ministro Botero y la cúpula militar en conferencia de prensa. (Foto: El tiempo) 

Este sábado, en una conferencia de prensa, el ministro de la Defensa, Guillermo Botero, afirmó que todas las fuerzas armadas actúan con respeto a los derechos humanos, y negó que haya alguna orden para incrementar el número de bajas. "No es cierto, no existe ninguna instrucción en ese sentido, ni existe ninguna directriz", puntualizó Botero, acompañado del general Martínez, quien admitió que la orden existe, pero que fue malinterpretada por el Ejército.

DATOS

► La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el sistema de justicia transicional encargado de juzgar los crimenes más graves del conflicto armado colombiano, tiene abierto un caso sobre las más de 2.000 ejecuciones de civiles presentadas como bajas en combate. 

► El fenómeno aumentó a partir del 2002, durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), actual senador y mentor político de Duque.