Luego de que se supo que tras la renuncia de Brasil de ser el país anfitrión -el "negacionismo" de Bolsonario frente al Cambio Climático, afirman algunos-, Chile será el país organizador de la COP25, diversos grupos de presión e intereses apuntaron sus críticas y observaciones al gobierno del chileno Sebastián Piñera y, en especial, a los organizadores.
Lavado de imagen
Una de las observaciones que ha recibido no solo esta COP, sino también las anteriores, es la que de la Cumbre sirva como una forma de greenwashing en beneficio de algunas empresas, es decir, empresas que son responsables directas de contaminar el medio ambiente y a través de la cumbre traten de mostrar una imagen 'verde' que no se condice con su real accionar.
Hace tres semanas, el lunes 8 de abril, se dio la primera reunión del comité de la COP25 en Chile, compuesto por científicos, investigadores, políticos, empresarios y representantes de la sociedad civil. Allí se abordaron los temas logísticos y de financiamiento de la Cumbre. Es este último aspecto que algunos diputadores y senadores comentaron con cierta reticencia.
“En la última versión de la COP24 en Katowice, Polonia, existió un pabellón de empresas financistas de la COP, que tenían múltiples antecedentes de desarrollo de actividades altamente contaminantes. Entiendo las necesidades de financiamiento de una cumbre como esta. Sin embargo, me parece que en ningún caso puede constituir una instancia de greenwashing o lavado de imagen ambiental para empresas que desarrollan procesos industriales con consecuencias ambientales que son exactamente las mismas que la COP busca prevenir”, afirmó el senador Juan Ignacio Latorre semanas atrás.
La misma observación la comparte la diputada Catalina Pérez, presidenta de la comisión de Medio Ambiente de la sala de la Cámara de presupuesto del parlamento chileno.
Recordemos que al Ministerio del Medio Ambiente se le ha autorizado realizar transferencias a la Fundación Imagen Chile para que esta entidad obtenga facultades extraordinarias para recibir aportes y ejecutar contratos, y consolidar así el financiamiento de la organización de la Cumbre.
Agenda internacional vs agenda local
Por otro lado, el 16 de abril el Ministerio del Medio Ambiente de Chile organizó el Primer Conversatorio COP25, Sociedad Civil y ONG, en el que participaron los representantes de diversas instituciones. Allí, se discutió, entre otras cosas, la coherencia entre lo que representa que Chile sea el anfitrión de una cumbre en pro del cuidado de medio ambiente mundial, y las demandas locales chilenas, que pueden desdecir lo primero.
En ese sentido, la directora ejecutiva de Chile Sustentable, Sara Larraín, afirmó: “es primordial lograr encarnar los desafíos globales del cambio climático aterrizándolos a problemáticas locales, porque la escasez hídrica, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del aire ocurren a nivel global y local”.
Es importante, dijo, “descontaminar las zonas de sacrificio, cerrando las plantas termoeléctricas a carbón que se ubican en sólo 5 comunas del país, logrando con ello además una reducción importante de emisiones globales de CO2”.
Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, por su parte, señaló en el mismo conversatorio que “otro desafío que tiene Chile es la necesidad de establecer un cronograma de descarbonización para el año 2030”, prometido por la ministra de Energía en noviembre de 2018 y debía ser anunciado antes del 1 de abril, mas no ha ocurrido así.
Aplicación
Larraín, quien es también ecologista y miembro de la Red Interamericana de Defensa del Agua y la Vida, sostiene que el foco del trabajo del gobierno debería ser la discusión de los compromisos asumidos en el Acuerdo de París antes que la organización de la cumbre climática. “Se quiere organizar una cumbre mundial sobre cambio climático, pero todavía no se cita a las ONG y al mundo académico para discutir el tema central detrás del evento”, afirma.
Críticas que van desde la improvisación en la organización, hasta que ha habido presencia e invitación tardías de la comunidad científica chilena para comentar la misma, son algunas de las observaciones que los expertos ha compartido en algunos medios chilenos.
La meta
En palabras de la actual Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) -en la que se creó la Conferencia de las Partes o COP-, Patricia Espinoza, los objetivos específicos de la COP25 ya están plasmados en el Acuerdo de París (2015), el cual apunta limitar el calentamiento global a 1,5 grados.
"El año pasado, un grupo intergubernamental de expertos emitió un informe que habla de las consecuencias de mantener el calentamiento global en 1,5 grados o 2 grados. Es indispensable que no sobrepase los 1,5 grados. Eso implica que necesitamos una acción más ambiciosa de todos los países. La conferencia en Chile tiene como objetivo dar impulso a esta ambición para que todos los países, empresas, organizaciones de la sociedad civil tomen acciones. Reducir las emisiones implica un cambio radical en nuestra forma de vida", afirma Espinoza.
(Foto: EFE VERDE)
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