El suicidio es algo trágico, un hecho lamentable que no debe ser glorificado. Se trata de una persona que se quitó la vida y cuya muerte ha provocado dolor en sus familiares y amigos. En el caso de Alan García, fue una persona que decidió hacerlo para evitar ir a prisión acusado de liderar una organización criminal dedicada a la corrupción.

Su caso, además, es particular porque no solo tiene familiares y amigos, sino también compañeros militantes del partido político que lideraba (Apra) y algunos seguidores que llegan al fanatismo. A pesar de la gravedad del asunto y de lo delicado del tema, su muerte ha provocado declaraciones lamentables.

Algunos de sus compañeros como Mauricio Mulder y Nidia Vílchez han llegado a decir que García se quitó la vida en un acto "digno", "honorable" y que aportó su "cuota de sangre" al Partido Aprista Peruano. Señalaron, además, como culpables de este suicidio al gobierno de Martín Vizcarra y a los fiscales del caso Lava Jato.

“Es un acto de dignidad y honor frente a una persecución fascista, una persecución enfermiza en la que se han confabulado sectores del Ministerio Público, de la prensa oligárquica, sectores de los enemigos políticos que han buscado permanentemente el escarnio, el insulto, la agresión directa y permanente contra el presidente García”, dijo Mulder.
“Ha tomado una decisión de un hombre libre, la decisión que ha tomado es una decisión de dignidad y honor, no permitiendo que quien ha sido ungido dos veces por el pueblo del Perú como su presidente, no sea humillado y vejado por quienes quieren utilizarlo como un trofeo de carácter político”.
"Alan García ha dado su contribución de sangre para que el Perú sea un país democrático y no sea dominado por los apetitos de los enemigos de aquellos que quieren un Perú a su servicio", agregó el congresista.
“En los hombros del presidente de Uruguay estará pesando la vida de Alan García. Sabemos que en Perú, después de haber sido dos veces presidente, fueron treinta años de ser perseguido”, dijo, por su parte, la exministra Vílchez en declaraciones a Canal N.

Personajes religiosos también se han pronunciado sobre la muerte de García. El cardenal Juan Luis Cipriani declaró en contra de lo que dice la Iglesia Católica (que lo considera un "acto muy grave") y de sus propios dichos sobre otro caso de suicidio. Anteriormente, sobre el caso de una mujer que decidió suicidarse porque su estado de salud era grave por el cáncer, señaló:

"No somos dueños de nuestras vidas, esa chica no se dio la vida a sí misma; es un don que no era suyo, se lo dio Dios".

Sin embargo, ahora que se trataba de García, político que era cercano a él, pronunció un discurso político señalando presuntos culpables:

"La política no justifica nunca el odiar y destruir al contendor, buscando popularidad. La justicia no se apoya en usar y abusar de información no corroborada aún. La verdad y justicia deben proteger la honra y la dignidad de todas las personas, a las que todos tenemos derecho".

Y sobre el aspecto religioso, comentó:

"Tenemos la valentía y el deber de rezar por el alma de quien hizo tanto por el Perú. Fue un hombre que hizo mucho bien a mucha gente. [...] Hay que hablar con la verdad, la iglesia perdona y tiene misericordia. Hoy le pedimos a Dios esa firmeza: perdónalo y acógelo".

Todo esto: glorificar el suicidio y señalar culpables es lo que no se debe hacer ante el caso de un suicidio, según el centro de terapia psicológica Contexto. Quien sí parece tener las cosas un poco más claras y muestra un poco de sensatez es el cardenal Pedro Barreto, que a pesar de su religiosidad, señaló:

“Es un hecho muy doloroso para todos, pero tampoco lo victimicemos y lo pongamos como héroe. Simplemente es una persona a la cual yo pido a Dios que tenga misericordia. Ni víctima ni persona valiente tiene que ser la justicia de Dios la que diga la verdad”.
“Lo que me ha indignado como peruano es que un connotado miembro del partido aprista haya dicho que el suicidio de Alan García fue con dignidad. [...] Yo he escuchado decir a muchos que Alan García fue un cobarde al suicidarse mientras que otros dicen que ha sido muy valiente. Esto no lo podemos aceptar y tampoco podemos decir que es víctima del sistema de la justicia”, agregó.

Al respecto, el centro de terapia psicológica señaló lo que no se debe hacer en casos de suicidio: glorificar y sensacionalizar el suicidio, usar estereotipos religiosos o culturales, aportar culpas. Además, Contexto alertó sobre la imitación: "proceso por el cual un suicidio ejerce un efecto de modelo imitable sobre suicidios posteriores". En este sentido, precisan lo siguiente:

"Enjambres es un número de suicidios que ocurren en estrecha proximidad temporal y/o geográfica con o sin vínculo directo".
"Contagio es el proceso por el cual un suicidio dado facilita la ocurrencia de otro suicidio, independientemente del conocimiento directo o indirecto del suicidio anterior".

[Foto de portada: Andina]


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