¿Muerto el acusado, muerto el caso? No del todo. El presunto delincuente ya no podrá ser procesado por el Poder Judicial (PJ), pero las investigaciones siguen su curso, ya que era acusado de liderar una organización criminal. Ante el caso de Alan García, investigado por corrupción que se quitó la vida al ver policías en su domicilio, el abogado penalista Luis Lamas Puccio explicó por qué el fiscal continuó con el allanamiento al domicilio del investigado, a pesar que este había muerto.

“El allanamiento continúa porque está autorizado por un juez. Está direccionado a investigar delitos, el allanamiento debe continuar. Debe aislarse para recabar la mayor cantidad de información posible y seguir con la investigación”, dijo el especialista a Canal N.

Ante los comentarios que señalaban que debían parar con la diligencia considerando que el investigado había muerto, Lamas Puccio agregó:

“Acá hay cosas de mucho mayor peso que requieren la participación de la autoridad. [¿La muerte lo saca?] Físicamente no está, pero la investigación continúa porque hay otros implicados. El proceso continuará en los mismos términos en los que empezó".
"Todos estamos conscientes del dolor de la familia, pero no se puede perder objetividad. Si es necesario aislar el inmueble, tendrá que hacerse. La ley es igual para todos, la investigación debe continuar”.

La mañana de este lunes 17 de abril, fiscales y policías llegaron al domicilio de Alan García para allanar el inmueble y detenerlo. En la última semana, nuevas revelaciones complicaban su situación en el caso de megacorrupción Lava Jato.

Se descubrió que exsecretario presidencial, Luis Nava, había recibido más de 4 millones de dólares de la corrupta empresa brasileña Odebrecht. Este dinero sería de origen ilícito para el pago de sobornos y fue depositado a una cuenta off shore en Andorra durante el último gobierno aprista. Habría sido cobrado, casi en su totalidad, desde el año siguiente de terminar la gestión de García.

Al ver a los policías dentro de su casa, García le dijo a las autoridades que iba a llamar a su abogado, ingresó a su cuarto y cerró con llave. Al escuchar el sonido de un disparo, los efectivos ingresaron por la fuerza y encontraron al expresidente con sangre en la cabeza. El aprista se había disparo en la sien, por lo que inmediatamente fue llevado al hospital Casimiro Ulloa para ser atendido. El Estado peruano hizo todo lo posible para evitar que muera: más de 27 médicos vieron su caso, pero tras tres paros cardíacos, Alan García dejó de existir.


[Foto de portada: Andina]


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