El  incendio que afectó el lunes a la catedral de Notre Dame en París, Francia, dejó daños invaluables en una obra considerada como uno de los íconos de la cultura francesa y europea, patrimonio de la humanidad. 

Aunque los bomberos que atendieron la emergencia señalaron que la estructura de la edificación de 800 años de antigüedad no llegó a sufrir daños irreparables, hasta ahora se sabe que el fuego destruyó la aguja del siglo XIX y el techo de madera de roble del siglo XIII, así como también uno de los órganos de la catedral construido entre los siglos XV y el XVIII resultó parcialmente dañado.

Pero tampoco será la falta de recursos lo que impida la reconstrucción de las partes dañadas de este templo gótico de la capital francesa. Pocas horas después de que los bomberos declararan controlado el incendio, en la madrugada de este martes, los planes para su recuperación y, sobre todo, el dinero para ello, empezó a llegar de todas partes. 

A la publicación de esta nota, las donaciones privadas para restaurar la catedral ya superaban los 700 millones de euros. Entre los aportes más generosas figuran los de algunas de las familias más poderosas de Francia y la de una de las principales petroleras del país. 

Así, el grupo Louis Vuitton, del empresario Bernard Arnault, anunció la donación de 200 millones para "la reconstrucción de esta extraordinaria catedral, símbolo de Francia, de su patrimonio y de su unidad". En un comunicado, el grupo empresarial anunció además que pone a disposición de las autoridades sus equipos "creativos, arquitectónicos, financieros para ayudar al largo trabajo de reconstrucción de una parte, y de la colecta de fondos de la otra, que se anuncia".

Por su lado, la firma de belleza L'Oréal y los Bettencourt han informado de que van a donar también un total de 200 millones de euros para la recuperación de esta obra de humanidad, de los cuales 100 procederán de la fundación constituida por esta familia en 1987.

Otro magnate galo, François-Henri Pinault, mecenas del arte francés, en conjunto con su padre, donará 100 millones para las obras en la catedral, según anunció el empresario, que preside el conglomerado de empresas Artemis y el grupo Kering, dueño de marcas de lujo como Saint Laurent, Gucci o Alexander McQueen. 

"Esta tragedia afecta a todos los franceses y va mucho más allá de quienes se sienten ligados a ella por valores espirituales. Ante tal drama, cada uno desea dar un nuevo impulso lo más rápido posible a esta joya de nuestro patrimonio".

A la lista de donantes se sumaron también compañías como la petrolera francesa Total, anunció el consejero delegado de la compañía, Patrick Pouyanné, en Twitter, donde promete 100 millones de euros para la reconstrucción del templo parisino. Otras firmas como Société Générale, JC Decaux o Apple también donarán sumas de entre uno y 20 millones. 

A su turno, el Banco Central Europeo (BCE)anunció que contribuirá financieramente a la restauración, aunque no precisó el importe de esta aportación. "Nos sentimos alentados por la iniciativa de restaurar y reconstruir este monumento", señaló la entidad presidida por Mario Draghi.

También el Ayuntamiento (municipio) de París traamit ya el desbloqueo inmediato de 50 millones de euros, y la presidenta de la región de París, Valérie Pécresse, liberará otros 10 millones de los fondos de emergencia "para que las obras más urgentes puedan comenzarse rápidamente".

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