La Policía Federal brasileña arrestó este jueves al expresidente Michel Temer (2016-2018) en el marco de una investigación abierta para verificar supuestas irregularidades en contratos firmados por empresas ya condenadas por la Lava Jato y Eletronuclear, la estatal que opera las plantas nucleares del país.

La detención de Temer fue ordenada por el juez federal de Río de Janeiro, Marcelo Bretas, quien también solicitó el arresto del exministro Wellington Moreira Franco, un importante colaborador del expresidente y su correligionario en el partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB). 

Anteriormente, la fiscalía brasileña solicitó dos veces ante la Corte Suprema la apertura de juicios por corrupción contra Temer; sin embargo, el Congreso se negó a autorizar los procedimientos, por lo que todas las causas en su contra dependían de la pérdida del fuero privilegiado con el fin de su mandato. 

Tras perder el fuero privilegiado, los procesos contra el exmandatario fueron remitidos a jueces de primera instancia, por lo que ya se esperaban medidas judiciales en su contra. Con esta resolución, Temer se ha convertido en el segundo jefe de Estado en ser detenido en Brasil por casos vinculados al Lava Jato ya que Lula da Silva (2003-2010) cumple desde abril del año pasado dos condenadas de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. 

Fuentes judiciales consultadas por medios brasileños señalaron que el exmandatario será trasladado a Río de Janeiro este mismo jueves para el respectivo examen de cuerpo de delito y para que rinda indagatoria ante el juez que ordenó su detención preventiva, es decir sin plazo para su liberación. Posteriormente, sería recluido en las celdas de la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en Río de Janeiro, a donde son conducidos los detenidos por casos de la Lava Jato en esta ciudad. 

Según la denuncia, las empresas que se adjudicaron los contratos con Eletronuclear pagaron sobornos para favorecer a dirigentes del MDB, cuyos dirigentes controlaron por muchos años todas las estatales del sector eléctrico del país. Dichos contratos fueron firmados en 2016 cuando Temer ya era presidente de Brasil. 

La denuncia fue realizada por el propietario de la empresa Engevix, José Antunes Sobrinho, quien aceptó colaborar con la Justicia y delatar a sus cómplices en diferentes corruptelas a cambio de la reducción de sus condenas. Antunes Sobrinho admitió que pagó sobornos a petición del coronel de la reserva Joao Baptista Filma Filho, un amigo muy cercano de Temer, para adjudicarse uno de los contratos en la construcción de la central nuclear Angra 3.

Temer, que era el vicepresidente del país desde 2011 y asumió la jefatura del Estado en 2016 luego de que el Congreso destituyera a Dilma Rousseff por irregularidades en la presentación de las cuentas públicas.

(Foto de cabecera: Andina)

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