La situación del congresista Yonhy Lescano se complica cada vez más. El martes, en la sesión de la Comisión de Ética donde se acordó abrirle indagación preliminar, quedó demostrado que fue él quien inició el diálogo por chat con la periodista que lo denunció por acoso sexual, y no al revés, como el legislador lo había asegurado, con lo que se terminó de caer su estrategia de defensa.

El parlamentario de Acción Popular (AP) repitió como un mantra que detrás de la denuncia en su contra hay un complot fujiaprista, pero la debilidad de su alegato quedó en evidencia cuando durante el debate en Ética, donde se mostraron los chats sin editar que confirma que Lescano mintió al decir que fue la agraviada quien inició el diálogo por WhatsApp de connotación sexual.

Según el registro de la conversación que la comunicadora —cuya identidad aún se mantiene en reserva— entregó al Congreso, y que los miembros del mencionado grupo de trabajo ya tienen en sus manos, fue Lescano quien la saluda con un "hola" a las 12:23 a.m. Ella le respondió "hola amigo" cinco minutos después. Y luego ya siguen las frases de connotación sexual que salen del teléfono del legislador que la agraviada rechaza.

El 2 de marzo pasado, en Canal N, el legislador investigado dijo lo contrario: "En la conversación sacada por el periodista, comienza la conversación ella, ¿entonces dónde está el acoso?". Un día después, el 3 de marzo, esta vez en RPP, Lescano insiste en su versión:

"Supongamos, en el supuesto negado, que yo lo envié. ¿Quién comienza la conversación a las 12 de la noche, yo o la señora? La señora comienza la conversación, con confianza, una larga conversación. ¿Al acosador lo llamarías a las 12 de la noche?". 

Lescano insistió en que él no escribió esos mensajes y reiteró que fueron terceras personas, pero en sus descargos ha caído en contradicciones. Primero culpó a sus guardias de seguridad, que lo desmintieron, luego sostuvo que en un descuido de estos, alguien más pudo haber agarrado su celular y mandado los mensajes, hasta que terminó admitió que ya en otras ocasiones le había hecho "bromas subidas de tono" a la periodista. Por último, pidió al Mininter que reponga a sus escoltas a los que había acusado de negligentes.

En el debate en Ética, el parlamentario de AP siguió dando vueltas sobre lo mismo y restó crédito a la denuncia, al calificar el hecho como un sicosocial. "No hay infracción, solo amistad con esta persona. Yo no he acosado a nadie, solo era una conversación de adultos", dijo.

Pero como era previsible, el debate se calentó y Lescano lo padeció. "Que ella sea tu amiga no te da derecho a decirle ‘golosa’, todas tus conversaciones son de carácter sexual y ella en ninguna parte habla en el mismo tono que tú. Enfermo", le dijo Mulder.

La suerte de Lescano parece estar echada. Al final, la Comisión de Ética aprobó por unanimidad abrirle investigación preliminar.

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