"No es la cura, pero da esperanza", reseña la revista Nature en la publicación de un estudio sobre la segunda persona en el mundo en no mostrar rastros del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del sida, tras un trasplante de células madre. Aunque los antirretrovirales con cada vez son más eficaces para reducir el virus a su mínima expresión, y con menos efectos secundarios, el VIH nunca se va del todo del organismo, porque siempre quedan células infectadas. Por ello es que la ciencia sostiene, hasta ahora, que la cura no existe. 

Pero lo del primer caso de una persona en remisión y sin tomar antirretrovirales, el llamado 'paciente de Berlín', Timothy Brown, que lleva 11 años sin VIH, abrió una puerta y ahora el segundo caso reportado, un paciente de Londres que prefirió no revelar identidad, que lleva 18 meses en remisión del virus sin medicamentos tras someterse al procedimiento, para confirmar que el transplante de células madre es el camino.

Según la publicación, las células que se le trasplantaron al 'paciente de Londres' tenían una mutación llamada CCR5 Delta 32m que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, los linfocitos T CD4. A los 16 meses del procedimiento, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral y 18 meses después, el virus permanece indetectable en su sangre, pese a que habitualmente, cuando las personas con infección por el VIH interrumpen el tratamiento, el virus rebota en las 4 primeras semanas.

"Es algo increíble. El paciente de Berlín no fue una anécdota. Tenemos un segundo caso. No queremos hablar de curación, pero en otros casos donde se interrumpió el tratamiento, el virus rebrotó", dijo el español Javier Martínez-Picado, investigador de IrsiCaixa y colíder del consorcio internacional IciStem, el cual publicó el hallazgo en la revista Nature.

Esto demuestra, agrega el científico, que "se puede conseguir la remisión aun sin tener una mutación previa en el receptor y mediante tratamientos mucho menos agresivos para el paciente", al recalcar que "el trasplante de células madre es un procedimiento médico de riesgo elevado y solo se recomienda para tratar pacientes que padezcan una enfermedad hematológica que no pueda tratarse mediante otras terapias".  

En el caso de Brown, el 'paciente de Berlin', han pasado 11 años desde que se le retiró el tratamiento antirretrovirales y el VIH, lejos de rebrotar, desapareció, tras el trasplante de médula —donde se encuentran las células madre— al que se sometió para curar una leucemia que padecía. Además del factor decisivo del trasplante, en Brown había otra particularidad: portaba una mutación en uno de los dos alelos del gen CCR5 Delta 32, error genético que impide al virus penetrar en la célula. 

Así, cuando la mutación, que afecta al 1% de la población europea, está en los dos alelos de cada gen, el VIH no puede abrir las compuertas para entrar en la célula. El llamado 'paciente de Berlín' recibió células madre de un donante con esa mutación, y de ahí en parte se explica que lleve ya 11 años sin rastro del virus en su sangre.

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