En medio de las reuniones que se vienen sosteniendo en el Vaticano para ver los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos, el Sodalicio anunció medidas contra el religioso peruano Luis Figari.

Entre las medidas anunciadas está la prohibición de que Figari regrese a Perú, "excepto por motivos muy graves y siempre con permiso escrito". ¿Qué sentido tiene esta medida si la justicia peruana es la que investiga a este señor por abusos sexuales y físicos contra menores?

La otra medida resulta igual de curiosa: que Figari se vaya a otra residencia, en la que no exista ninguna comunidad del Sodalicio. Además, le prohiben contactar, "de cualquier modo, con personas pertenecientes al Sodalicio, y en cualquier caso tener con ellas trato personal directo".

Con eso, el grupo católico intenta marcar distancia con el acusado, pero siguen protegiendo y manteniendo denunciado por graves delitos. Esto se manifiesta en la tercera medida que es la de asignarle a un miembro del Sodalicio la tarea de "referente del señor Figari para cualquier eventualidad y exigencia".

También le prohíben al acusado declarar a los medios de comunicación y participar en manifestaciones públicas o encuentros del Sodalicio. 

Estas disposiciones fueron firmadas, el pasado 5 de febrero, por el superior general del Sodalicio, José David Correa, a través de un decreto.

En el comunicado, precisan que con esta medida, se ha suprimido el centro sodálite “Madre del Reconciliador” en Roma. "De ese modo, la casa donde vivía Luis Fernando Figari ya no es comunidad sodálite; pero él seguirá viviendo en ese lugar hasta poder culminar los trámites de su nuevo domicilio, que ya están en curso, según lo solicitado por la Congregación", se lee en el anuncio.


[Foto de portada: RPP]


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