Más de 7 millones de adolescentes y jóvenes entre los 15 y 29 años se enfrentan a las brechas de acceso a la educación tanto en la zona rural como en la urbana, y a las diferencias de oportunidades de acuerdo con su género. LaMula.pe conversó con dos especialistas en el tema de educación y empleabilidad para saber cómo hemos mejorado en este ámbito durante los últimos años.
Hay múltiples formas de ser joven y adolescente en el Perú, pero globalmente la generación de hoy es muy diferente a la de hace 30 años. Esa es una de las primeras conclusiones de los estudios sobre la juventud. Una de las expresiones de ese cambio se aprecia en la manera en que éstos se relacionan con el trabajo y es, claramente, un asunto a tomar en cuenta cuando se quieren hablar de productividad, de inserción laboral o de las aspiraciones de desarrollo individual y colectivo de hombres y mujeres jóvenes.
Para Walter Mendoza, analista del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en temas de población y desarrollo, el gran desafío de este tiempo es saber cómo asegurar que estos adolescentes y jóvenes aprovechen todas las posibilidades de información, conectividad y, en algunos casos, mejor acceso a la educación, que brinda hoy en día el Perú, para llegar dentro de 40 o 50 años en mejores condiciones que sus padres y abuelos.

fuente: unfpa
“Teniendo en cuenta que ahora existen mejores oportunidades, en los últimos 15 años los indicadores de cobertura educativa y calidad han mejorado bastante, pero aún se mantienen algunas brechas entre las zonas urbana y rural. En temas de género, por ejemplo, la población de mujeres indígenas es la más afectada en cuanto al acceso a la educación básica y superior”, agrega la socióloga Luciana Reátegui, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Estas desigualdades de género comienzan a ser crónicas e irreversibles en los años de la adolescencia, pues hay embarazos o maternidades no planificadas. En promedio, 7 de cada 10 madres adolescentes peruanas no deseaban ser madres cuando se presentó el embarazo, según los datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). En relación a este dato alarmante, Mendoza explica que cada vez más las adolescentes en el Perú tienen menos deseos de embarazarse, y cuando quieren postergar su embarazo no reciben la orientación ni los servicios necesarios para enfrentarse a esta situación. Es decir, el embarazo en la adolescencia y la maternidad en las mujeres con pocos recursos pueden ser detonantes de un proceso de transferencia intergeneracional de la pobreza.

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Al respecto, la socióloga dice que existe una falta de oferta educativa, técnica - superior, que le permita a los jóvenes que residen en zonas rurales dedicarse a actividades de una manera más profesional. Esta idea errada de aspirar a ciertas carreras porque así nos han dicho que debe ser hace que se pierdan de vista los espacios de profesionalización técnico productiva, que también son buenas opciones porque el entorno donde estos jóvenes se desarrollan lo requieren.
Por su parte, Mendoza piensa que se debe apelar a la descentralización, no solo de recursos sino también de capacidades, pues no en vano la población rural de varios departamentos sigue en declive. Por ejemplo, Huancavelica ha disminuido su población en 25% solo en 10 años, una situación nunca antes vista en el Perú. Frente a ello, el especialista cree que la instalación de nuevas autoridades es una oportunidad para que se adapten las políticas según el ámbito regional y se pueda trabajar una solución más efectiva a este problema social.

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Además, ambos especialistas coincidieron en la importancia de aprovechar la riqueza de la información que genera el país, a través de las encuestas y los censos que se realizan. Esta data debe ser utilizada para tomar decisiones que beneficien directamente a la gente y no solo para un fin administrativo. Lo importante -coinciden- es que actualmente en el Perú hay discusiones que no pueden ser llevadas a cabo sin el uso de evidencia. La tarea de producir información y usarla de la mejor manera es imprescindible.