Manuela Brillat, secretaria general de Plaider les droits de l’homme, estuvo en Lima para hablar de derechos humanos, a propósito de la celebración del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La Declaración, que fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, como un ideal común para todos los pueblos y naciones, estableció, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha sido traducida en más de 500 idiomas.
Manuela es una joven abogada dedicada a los derechos humanos. "Es muy importante hablar de derechos humanos porque cada país, cada situación es muy diferente una de la otra, siempre hay temas de debates, temas sociales fundamentales para todos. No porque se trate de una cuestión que concierne de manera principal a alguien -mujeres, minorías- es que tenga que interesar a todos; son cuestiones sociales y tenemos que encontrar soluciones y respuestas que sean globales y que sean un compromiso de todos", dice a La Mula.
Ella es consciente de que hay gente que no entiende por qué los derechos humanos tienen que ser aplicados a todos, sabe que las y los defensores de derechos humanos son incomprendidos, por un lado, y troleados, por el otro. Sin embargo, ella -como tantos otros que se dedican a esta labor- no lo duda y continúa adelante: "La gente no entiende que incluso los terroristas y criminales tienen derecho a un proceso que sea justo y eso es fundamental porque la sentencia tiene que ser aceptada por toda la población. No entiende por qué insistimos en un justo proceso para los criminales o la presunción de inocencia, por ejemplo, y todos esos principios son del estado de derecho. Es fundamental aplicarlos para que el resultado del proceso sea realmente aceptado por todos".
La declaración no ha tenido los mismos avances en el mundo. "En Europa tenemos una ventaja que es la Corte Europea de Derechos Humanos, que funciona con un derecho de petición individual que es clave para la protección de los derechos humanos porque cada individuo puede actuar, incluso, contra su propio Estado para que sea reconocida la violación de un derecho fundamental, y eso es un instrumento que puede ser fatal para los estados y que es realmente importante para la plena realización de los derechos", explica.
Mientras en Perú a algunos incomoda hacer y hablar de memoria, por ejemplo sobre los hechos violentos que vivió entre 1980 y 2000, Brillat apuesta por tenerla en agenda. "El trabajo sobre la memoria es muy importante porque permite transmitir este compromiso a las generaciones que vienen. Europa se construyó, en realidad, sobre la memoria, la Unión Europea, la unión política del continente se hizo sobre el deber de memoria y lo que pasó durante la segunda guerra mundial y otras situaciones que tuvimos", detalla
En su opinión, la memoria es poder y eso explica que algunos no quieran hablar de ella, desarrollarla o la analicen de un modo poco orientado. "Tenemos que estar comprometidos e intentar hablar siempre cuando es posible. Hay muchas oportunidades en el mundo global en el que vivimos, con la internet, con las redes sociales y es muy importante que se lleve a cabo este trabajo. Es un poder maravilloso cuando funciona; permite construir y reconciliar. Lo hemos visto, por ejemplo, en mi país hace unas semanas cuando hicimos ceremonias para recordar el armisticio de la primera guerra mundial y vimos al presidente francés y a la canciller alemana estar juntos. Esto es el fruto de un deber de memoria muy importante para Alemania y Francia", señala.