Cuando el submarino argentino Ara San Juan, con 44 tripulantes a bordo, parecía destinado a perderse para siempre en el Atlántico Sur, una empresa privada halló este viernes, un año después de que desapareciera, los restos de la nave a unos 600 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina, a 900 metros de profundidad.

Pero lo que que viene ahora, es decir, el rescate de la estructura del submarino y de sus tripulantes, no será fácil, porque se trata de una operación costosa para la que Argentina no tiene ni los recursos ni la tecnología necesarios.

El ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, admitió no tienen los equipos para sacar a flote el submarino Ara. "No teníamos medios ni siquiera para bajar a las profundidades del mar. Tampoco tenemos equipamiento para extraer un buque de estas características", dijo en una rueda de prensa este sábado en Buenos Aires

A su lado, el jefe de la Armada, José Villán, pidió "prudencia" a las familias, que en medio de su dolor exigen explicaciones y saber qué pasó realmente con el nave. Oficialmente se sabe que su capitán, antes de desaparecer el 15 de noviembre del 2017, informó de que una entrada de agua había producido un cortocircuito, lo que derivó en un principio de incendio. Horas después de esa comunicación oficial, un sistema de alertas de pruebas militares detectó una explosión en el Atlántico Sur. Se trataba del Ara San Juan.

"Hay dos límites que exceden nuestro conocimiento. El primero es legal, porque es la Justicia la que debe determinar cuándo se pueden remover las partes del submarino. El otro límite es práctico. Se le preguntó a la empresa [si era posible reflotar el casco] y dijo que, si bien había posibilidades, antes debíamos tener la ubicación y la masa de lo que hay que extraer. Ahora no podemos ni afirmar ni negar que pueda ser reflotado", explicó Villán.

Exigen respuestas

"Cuando todos daban todo por perdido, nosotros acá no bajamos los brazos nunca. ¡Al fin los encontramos y no puedo parar de llorar", dijo Luis Tagliapietra, padre de Alejandro Tagliapietra, teniente de corbeta del ARA San Juan, eufórico, porque el hallazgo del submarino se dio in extremis, el último día de búsqueda oficialmente.

Tras un año de angustia acumulada, los deudos ahora exigen respuestas a las autoridades. (Ap)

Luego de un año angustia acumulada, ahora lo que quieren las familias de los 44 tripulantes es saber qué provocó la tragedia y si hay responsables. "A partir de ahora la prioridad número uno es el reflote del submarino. Estamos todos unidos, nos damos fuerzas para seguir", dice José Aramayo, padre del maquinista Hugo Aramayo.

"Siento alivio porque encontraron el submarino pero ahora viene lo más difícil qué es saber lo que sucedió y que se haga justicia", señala Claudio Rodríguez, hermano de Hernán, otro de los tripulantes.

Lee también

Se acabó el misterio: hallan submarino argentino San Juan desaparecido hace un año