(París, 11 de noviembre). Francia vivió este domingo dos grandes acontecimientos. El primero, trascendental, histórico y polémico: el centenario del armisticio que dio fin a la Primera Guerra Mundial. El segundo: el Foro de la Paz, una iniciativa del presidente Emmanuel Macron. 

París fue visitada por decenas de jefes de Estado y gobernadores internacionales y ello dio lugar a altas medidas de seguridad y a un despliegue de cientos de periodistas locales e internacionales. Sin duda, las principales miradas estuvieron dirigidas a la presencia de Donald Trump y de Vladimir Putin, pero el anfitrión y su aliada Angela Merkel fueron estelares.

Durante la celebración en la explanada del Arco del Triunfo, Macron recordó la gran precariedad de la paz y reiteró su rechazo al nacionalismo: “Sabemos que los nacionalismos, los totalitarismos, pueden acabar con las democracias e incluso poner en peligro el principio mismo de civilización. ¡Vigilancia! Este es el sentimiento que debe inspirarnos el recuerdo de la espantosa hecatombe de la Gran Guerra. Sólo así seremos dignos de la memoria de aquellas y aquellos que, hace un siglo, cayeron. Sólo así seremos dignos del sacrificio de aquellas y aquellos que, hoy, hacen que resistamos aquí, como un pueblo libre”. Analistas políticos y periodistas vieron, entre líneas, un mensaje directo a Trump.

Un discurso emotivo y relativamente corto, en medio de una mañana fría y lluviosa, que finalizó con la interpretación del Bolero de Ravel a cargo de la filarmónica de la Unión Europea.

Más tarde, durante la inauguración del Paris Peace Forum, Macron apostó por el multilateralismo para mantener la paz en el mundo y pidió en reiteradas ocasiones "acciones colectivas" para enfrentar crisis que van desde el medio ambiente, la militancia islamista y la proliferación nuclear hasta el antisemitismo. “¿Será hoy un símbolo de paz duradera o un último momento de unidad antes de que el mundo caiga en más desorden?”, preguntó. Y continuó: “Depende únicamente de nosotros”.

Macron espera que el foro pueda liderar y evitar caer en las trampas del pasado al promover el multilateralismo. Quiere que demuestre el poder de la reconciliación un siglo después de que Europa fuera destrozada por uno de los conflictos más sangrientos de la historia.

El Foro de la Paz de París no es una cumbre ni una conferencia. Es un nuevo evento anual basado en una idea simple: la cooperación internacional es clave para enfrentar los desafíos globales y garantizar una paz duradera. Para apoyar la acción colectiva, reúne a todos los actores de la gobernanza global bajo un mismo techo durante tres días: estados, organizaciones internacionales, gobiernos locales, ONG y fundaciones, empresas, expertos, periodistas, sindicatos, grupos religiosos y ciudadanos. 

En sintonía con el joven mandatario francés, la canciller alemana advirtió que el nacionalismo centelleante estaba ganando terreno en Europa y más allá. “La mayoría de los desafíos de hoy no pueden ser resueltos solo por una nación, sino juntos. Por eso necesitamos un enfoque común. Si el aislamiento no fue la solución hace 100 años, ¿cómo puede ser hoy en un mundo tan interconectado?”, señaló.

Trump, quien ha dicho que está orgulloso de ser nacionalista, no participó del evento. Sí asistió Putin, además de otros gobernantes.

El foro de la paz está diseñado para celebrarse anualmente y reunir a una mezcla de políticos, expertos en política exterior, organizaciones no gubernamentales y representantes de la sociedad civil.