La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el Premio Nobel de Física 2018 a dos invenciones que han revolucionado el campo de la física de los láseres. Por un lado, para Arthur Ashkin "por las pinzas ópticas y su aplicación a sistemas biológicos"; por el otro, a Gerard Mourou y Donna Strickland "por su método de generación de pulsos ópticos ultracortos y de alta intensidad". 

Ashkin (Nueva York, 1922) desarrolló -junto con su colega Steven Chu, que recibió el Premio Nobel en 1997- la llamada "pinza óptica", que empezó a utilizar en objetos biológicos, lo que permite manipular virus y bacterias.

Según la Real Academia Sueca de las Ciencias en la actualidad se usa la pinza óptica en muchos laboratorios para estudiar procesos biológicos como la actividad de las proteínas, el ADN o la vida interior de las células.

Mourou (Albertville, 1944) y Strickland (Guelph, 1959) recibieron el Nobel por conseguir los pulsos láser más cortos y más intensos creados por el ser humano. La técnica que inventaron se llama "amplificación de pulso gorjeado" (chirped pulse amplification, CPA) y se convirtió en el estándar para los láseres de alta intensidad. Sus usos incluyen las operaciones láser que corrigen la vista.