Miguel Ángel Navarro Portugal fue el hombre de confianza y el testaferro confeso del exviceministro de Comunicaciones, Jorge Cuba Hidalgo, a quien Odebrecht le depositó más de seis millones como soborno para adjudicarse el contrato de las obras del Metro de Lima en el último gobierno de Alan García

Este exfuncionario del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), preso desde enero del año pasado en el penal de Ancón, se acogió a la confesión sincera y le contó todo lo que sabe del caso, reveló este viernes Hildebrandt en sus trece.

El testimonio de Navarro, sobre cómo se montó la operación y cómo se hizo la repartija de las coimas de Odebrecht, apunta a Palacio y a su entonces inquilino: Alan García Pérez. Pero además, da pistas sobre una persona que hasta ahora había pasado inadvertida: Roxanne Cheesman, la pareja del expresidente, con la que tuvo un hijo fuera del matrimonio.

Navarro Portugal cuando fue detenido por su implicancia en el pago de sobornos de Odebrecht. (caretas) 

El exasesor del MTC dijo en su declaración ante la fiscalía que Cheesman, quien es comadre de Jorge Cuba, fue quien recomendó a este último para dirigir el proceso de licitación de la obra emblema del último gobierno aprista, a pesar de que no le correspondía, porque el era viceministro de Comunicaciones, y el proyecto de era de infraestructura (o sea la de la rama de Transportes)

"Alan García estaba preocupado porque no hubo postores, pues había muchos riesgos en la concesión", dijo en su confesión Navarro. "En esas circunstancias el asesor de Palacio, Oswaldo Plascencia, coordinaba con Jorge Luis Cuba y le pedía consejos a Edwin Luyo, debido a la experiencia que Jorge Cuba le reconocía en el tema de transporte", agregó, según el semanario.

Navarro subrayó también que el exlíder aprista estaba nervioso porque quería que se ejecute la obra por la que Odebrecht admitió que pagó una millonaria coima.

"Alan García estaba furioso porque ese proyecto tenía que terminarlo en su mandato, si no nadie lo continuaría [...] Para García era muy importante inaugurar algo antes de 28 de julio, por lo que hicieron un concurso público a la medida de la empresa brasileña".

El testigo clave reveló que, tanto Plascencia como Cuba, sabían que licitar la obra era casi imposible en el tiempo que exigía Alan García, pero, en una reunión con empresarios del sector, Carlos Nostre, de Odebrecht, dijo que podían hacerlo en 18 meses, como pedía el presidente de ese entonces.

Navarro además relató que una vez acompañó a Cuba hasta Palacio, pero que se quedó en el auto esperando. Dijo que, a su salida, el entonces viceministro le contó que García llamó a Francia para que ingenieros expertos en trenes le expliquen los riesgos de hacer la obra en el tiempo que él quería. “Les explicó el problema y estos le dijeron que la mejor alternativa era hacer la obra civil y la electromecánica juntas”, relató.

El exfuncionario sostuvo ante la fiscalía anticorrupción que ese encuentro empoderó a su jefe y lo convirtió en el hombre de confianza del entonces presidente. “Desde entonces Cuba se convirtió en el hombre de confianza de García”, refirió el testigo.

En su declaración ante las autoridades peruanas, el exdirector de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, contó que Cuba buscó al director de contratos de la empresa, Carlos Nostre, para expresarle su deseo de que la constructora saliera vencedora en la licitación. Según la fiscalía, Jorge Cuba pidió 1.4 millones de dólares por la concesión del tramo uno y cinco millones de dólares por el tramo dos.

Barata relato en su manifestación fiscal que Nostre “decidió atender el pedido de pagos indebidos por entender que las contrapartidas ofrecidas permitían que la empresa tuviera una posición privilegiada en la licitación”. Así, el 10 de noviembre del 2009, Odebrecht presentó una propuesta técnica, aprobada sin contratiempos por el Comité Especial de Selección del Metro de Lima sobre el que Cuba tenía el control a través de Edwin Luyo y de su asesor y testaferro, Miguel Navarro, hoy testigo clave.

De acuerdo con Hildebrandt en sus trece, cuando el fiscal Hamilton Castro, quien ha sido removido del caso, le preguntó a Barata si los sobornos que desembolsó Odebrecht por el Tren Eléctrico beneficiaron “a algún funcionario de mayor rango”, el delator brasileño dijo que no lo sabía, pero que era probable que Carlos Nostre sí lo sepa, pero este nunca fue interrogado por el referido magistrado.

La repartija

Navarro Portugal, el testaferro confeso del exviceministro del segundo gobierno aprista, narró también cómo se realizaron los pagos y la repartija del dinero sucio de Odebrecht. “(Cuba) me dijo que me había considerado porque soy como su hijo y quería compartir una parte del premio conmigo”, relató.

Según contó, Cuba Hidalgo esbozó la distribución del dinero por el tramo uno de la siguiente manera: medio millón de dólares para él, 275,000 dólares para Edwin Luyo, 100,000 para Mariella Huerta, 100,000 dólares para Jesús Munive y una propina de 25,000 dólares para Navarro por constituir las offshore panameñas para recibir los sobornos. “Le pregunté por qué en Andorra y me dijo que si lo hacíamos con una empresa en Perú tendríamos que pagar el IGV más el impuesto a la renta como empresa y luego el impuesto a la renta como personas naturales. Perderíamos demasiado dinero”, refirió el testigo.

Según la revista, testigos como Miguel Ángel Navarro, que han dado información que apunta a la conexión Cuba-García, dicen que el Ministerio Público no tiene interés en conocer la verdad. Han pasado 19 meses desde que se produjeron las detenciones por los sobornos del Metro de Lima, en enero del 2017, y el caso no ha avanzado.

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