La ley que planteaba la despenalización del aborto fue finalmente rechazada por el Senado de Argentina, en una votación ajustada que evidenció la polarización en torno al tema en el poder legislativo pero que no iba acorde con el masivo apoyo que en toda la sociedad del país sudamericano se ha generado.

Y precisamente a ello apelaron los senadores que se pronunciaron a favor de la propuesta, reconociendo que la noche del miércoles se perdería en la votación pero que se continuaría adelante en el camino a alcanzar este derecho para todas las mujeres.

Una de las intervenciones más celebradas ha sido la del senador Pino Solanas, quien nada más desde el arranque mostró su rechazo a la disposición parlamentaria de impedir la entrada al recinto a figuras tan emblemáticas de la sociedad argentina como Nora Cortiñas, miembro de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo. 

"Es lamentable y un signo de los miedos antidemocráticos que existen, que las medidas de seguridad y el siniestro Congreso vallado que le cierra las puertas a los mejores referentes del pueblo incluso para presenciar los debates".

La misma Cortiñas había mostrado su decepción a la negativa de acceso a presenciar un debate tan importante en un Senado que "le pertenece al pueblo" en declaraciones a un medio de comunicación.


Pero ese fue solo el inicio del discurso de Solanas que se centró en lamentar la posición otorgada a la mujer en el debate, tratándola como un "objeto descartato, una incubadora" y reconocer la fuerza de la juventud militante que llevó este tema al debate en toda la sociedad argentina.

"Hablo en nombre de otra Argentina, que quiere acabar con los miedos, que no quiere una juventud reprimida. Ahí está esa fabulosa y gloriosa juventud en las calles de Buenos Aires. Esta oleada verde de chicas que está expresando una marcha que lleva años de las mujeres, nada menos que por el reconocimiento igualitario de sus derechos. El derecho a poder decidir sobre su cuerpo y por qué tenemos miedo de decirlo, el derecho a gozar de la vida y su cuerpo (...) Que nadie se deje llevar por la cultura de la derrota. Bravo, chicas, ustedes han levantado alto el honor y la dignidad de las mujeres argentinas".


Uno de las intervenciones más esperadas fue la de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien hizo un repaso por casi todas sus votaciones a favor del reconocimiento de derechos para los más vulnerables en su vida parlamentaria así como lo dispuesto cuando fue la cabeza del Ejecutivo.

Criticó además que quienes se oponen a la despenalización no propongan una solución a un problema que existe en la sociedad y que se están negando a ver.

"Si yo tuviera la certeza de que rechazando la media sanción no hay más abortos en la República Argentina, no tendría ninguna duda en levantar la mano. El problema es que este cuerpo legislativo hoy va a rechazar lo que viene como media sanción de diputados y van a seguir produciéndose los abortos en la Argentina" .

Reconoció haber cambiado de postura durante los últimos años en torno al tema del aborto, y reveló que fueron precisamente las jóvenes que hoy luchan en las calles las que le abrieron la mente.

"Creo que más que una cuestión de género esto es una cuestión generacional. Los pibes, una vez más, advierten el cambio de época y demandan ser escuchados. Si quieren saber quiénes me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Verlas abordar la cuestión feminista, verlas criticar, pero también describir la realidad de una sociedad patriarcal nos debe colocar a todos en un lugar distinto".


Inmediatamente después de la exmandataria fue el turno de Miguel Ángel Pichetto, presidente del bloque justicialista, quien reconoció que la victoria en la votación se la llevaría la negativa al reconocimiento de derechos a las muejeres, pero que ello cambiaría en el futuro.

"Los números están cantados, nadie los ignora. El No seguramente gana esta noche, pero el futuro no les pertenece. Más temprano que tarde, en un día más luminoso, las mujeres van a tener la posibilidad de salir de la brutalidad del Estado de la penalización sobre la base de un hecho dramático"

Fue directo también en la necesidad de entender que el Estado argentino como muchos en la región es laico y que eso supone que la iglesia no debe entrometerse en asuntos de políticas públicas.

"La Iglesia y otros credos juegan con la inocencia de la gente (...) Se trata de normas que regulan relaciones humanas en el Estado. La religión no puede imponer al conjunto del país su visión sobre normas que son civiles dentro de un Estado laico".

Finalmente criticó al gobierno de Mauricio Macri por no haber apoyado abiertamente esta propuesta y lamentó que durante el gobierno de Fernández de Kirchner no se haya puesto sobre la mesa la discusión.

"En los últimos años hemos votado por una importante ampliación de derechos. Este tema se nos pasó, debemos hacer una autocrítica. Es una pena que no hayamos abordado esto antes"


Otro de los discursos más celebrados fue el de la mendocina Anabel Fernández Sagasti quien recordó en el Pleno el caso de una mujer que en este momento se encuentra  internada en un hospital por someterse a un aborto.

"Conozco a esta mujer, desde piba. Tiene cinco hijos y no quiso decir nada para no ser procesada. Esto es lo que pasa y va a seguir pasando si nosotros no sacamos la ley (...) En Argentina se han realizado 320 mil abortos clandestinos". "¿Por qué insistimos en penalizar y no en ampliar derechos?". 

Aclaró que el proyecto no es "de ninguna manera es inconstitucional" ya que "no va en contra de tratados internacionales ni del Código Civil".

"No estamos discutiendo si estamos a favor o en contra del aborto, porque cuando termine esta sesión los abortos van a seguir existiendo. La diferencia es si son legales o clandestino (...) es la democracia la que sí tiene una deuda con las mujeres y niñas de la República Argentina".


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