Miles de personas volvieron a salir este viernes por tercera vez a las calles de las principales ciudades del Perú para protestar contra la trama de corrupción, tráfico de influencias y favores destapada en las altas esferas de la judicatura, y de la que participaban tanto magistrados como políticos y empresarios.

Como las dos veces anteriores, la movilización fue convocada por organizaciones sociales, colectivos civiles y sindicatos, y tuvo el amplio respaldo de la ciudadanía, en vísperas de las Fiestas Patrias, que este año conmemoran el 197 aniversario de la independencia del Perú. En Lima, los manifestantes recorrieron las principales calles y avenidas hasta la Plaza San Martín, en el centro.

La marcha se desarrolló con un amplio despliegue policial, especialmente en torno al Congreso y al Palacio de Justicia. En la parte final de la movilización, los agentes antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos y agua a un grupo de manifestantes que intentó dirigirse al Parlamento y que respondió con piedras.

Muchos manifestantes portaron banderas peruanas que sustituían el color rojo por el negro, en señal de duelo por la crisis institucional en el país. Algunos incluso se disfrazaron de jueces con cabezas de rata, mientras que otros portaron pancartas que reclamaban una asamblea constituyente para reformar los pilares del Estado.

Las movilizaciones se replicaron en el interior del país. Por ejemplo, en Arequipa, los manifestantes invadieron la fuente que se encuentra en el centro de la plaza mayor para hacer un simbólico lavado de una bandera gigante. En Ayacucho se acató el jueves una huelga general que paralizó gran parte de la urbe durante toda la jornada.

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