El Ministerio de la Producción (Produce) entregó 500 permisos a los pescadores artesanales de perico y pota de las caletas de La Islilla y La Tortuga, en el puerto de Paita (Piura), que representan el 20% del total de las capturas nacionales. Su formalización es un gran avance hacia la sostenibilidad de una de las actividades económicas más importantes del Perú, destacó el Produce.

Sin embargo, si se tiene en cuenta que el Perú es el principal proveedor de perico y pota del mundo, se estima que a nivel nacional más del 60% de las embarcaciones artesanales aún son informales, es decir, no tienen permiso de pesca vigente.

"La pesca ilegal es uno de los principales problemas que atentan contra la sostenibilidad de los recursos marinos en Perú. Por eso, es importante formalizar la pesca artesanal promoviendo medidas que aseguren la trazabilidad de sus productos del mar a la mesa, cumpliendo con los requerimientos de mercados internacionales, y la adopción de mecanismos para el monitoreo y control en la gestión de estas pesquerías", dijo Evelyn Luna-Victoria, gerente del Programa Marino de WWF Perú.

Especies y recursos clave

La pesca de pota (Dosidicus gigas) y perico (Coryphaena hippurus) en el Perú representa cerca la mitad de las capturas anuales mundiales, con un promedio nacional de desembarque de 468.363 y 49.687 toneladas al año, respectivamente.  En las cooperativas en La Islilla y La Tortuga se capturan cerca del 20% de la pota y 15% del perico, de la pesca en todo el país.

En 2017, las exportaciones nacionales de perico superaron los US$ 95 millones, y las de pota sobrepasaron US$405 millones. EEUU el principal consumidor de perico del Perú y, China y España, de pota peruana.

"La creación de la cooperativa ha sido muy importante para toda la comunidad pues vivimos de la pesca, gracias a ella nuestros costos se han reducido en un 30%. La cooperativa es un gran legado que estamos dejando a las próximas generaciones. Ahora, nuestro sueño es seguir creciendo y exportar de manera directa a otros países", dijo John William Siancas, miembro de la cooperativa de La Islilla.

Para la formalización de estos pescadores se recorrió un largo camino de cinco años, que culminó con el reconocimiento de sus cooperativas gracias al DS-003-2018-PRODUCE, que tiene como objeto fortalecer la política de formalización y fomentar el desarrollo sostenible de la pesca artesanal, con un mejor control y vigilancia.