El alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad al-Hussein, calificó de "inconcebibles" las políticas que promueve el gobierno de Donald Trump para intentar disuadir la migración de indocumentados, que implica la separación de los padres e hijos que ingresan ilegalmente por la frontera con México, con lo que se sumó a la indignación que ha desatado esta situación, que incluso motivó el rechazo de la primera dama Melania Trump, quien dijo —citada por su portavoz— que EEUU necesita "ser un país que respeta las leyes, pero también un país que gobierna con corazón".

Las autoridades de inmigración estadounidenses detuvieron a casi 2.000 niños en las últimas seis semanas, lo que puede causarles un daño irreparable para toda la vida, advirtió el alto Comisionado de las Naciones Unidas. 

"La idea de que cualquier Estado buscaría disuadir a los padres al infligir tal abuso a los niños es desmesurada".

En medio de las duras críticas de Al-Hussein, la Administración Trump evalúa su retiro del Consejo de Derechos Humanos de las ONU en Ginebra, como una suerte de represalia por la postura de su alto comisionado. Incluso, el mandatario justificó las medidas en cuestión, al señalar que buscan evitar que su país se convierta en un "campamento de migrantes" o "una instalación para refugiados".

Pero por años, en la Casa Blanca, la idea de separar a niños de los brazos de sus padres fue considerada una "alternativa nuclear", por ser cruel y muy arriesgada  políticamente como para permitir que se convierta en práctica común. Pero todo cambió con la llegada al poder Trump, quien desde su campaña anunció "mano dura" contra la inmigración ilegal.

El coro de condena en EEUU ha sido casi unánime en todo el espectro político de la primera potencia el mundo, incluida la exprimera dama Laura Bush, quien calificó las separaciones de hijos y padres como "cruel" e "inmoral", y hasta comparó las imágenes de niños inmigrantes detenidos en una suerte de jaulas metálicas con las de los campos de internamiento japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

"Nada menos que una prisión", describió en un tuit el congresista demócrata Peter Welch estos lugares, tras visitar junto a otros legisladores y periodistas un centro de detención en Texas, donde son llevados los hijos de inmigrantes sin papales. 

Asi son los centros de detención en texas.

Grabación desgarradora

A la ola de indignación se suma un audio que obtuvo ProPublica, grabado dentro de una instalación de la Patrulla Fronteriza, en el que se escucha a los niños llorar mientras un agente bromea: "Aquí tenemos una orquesta". 

El desgarrador llanto de diez niños centroamericanos, separados de sus padres la semana pasada por las autoridades de inmigración fronteriza, es atroz. Muchos de ellos incluso se quedan sin aire de lo fuerte que lloran y gritan, llamando a "papi" y "mami", una y otra vez, como si esas fueran las únicas palabras que conocen.

La grabación resume bien el drama que están atravesando miles de menores que son separados a la fuerza de sus padres. Según datos oficiales, son más de 2,300 de ellos que han sido víctima inocentes de esta situación desde abril último, luego de la Administración Trump lanzó su política migratoria de tolerancia cero, la cual  exige procesar a todas las personas que ingresen de forma ilegal a EEUU y llevarse a los niños que trajeron consigo. Más de 100 de esos menores tiene menos cuatro años.

Pero así y todo, el Fiscal General estadounidense Jeff Sessions citó pasajes de la Biblia en un intento de logra una justificación religiosa a esta política migratoria, a la que además definió como una cuestión de estado de derecho. "No podemos y no incitaremos a la gente a traer niños dándoles inmunidad general de nuestras leyes", alegó, ante las criticas, que han sido agudas y profusas.

Sessions es el puntal de la llamada "tolerancia cero" en contra de la inmigración ilegal, que implica que cualquier adulto que trate de entrar en EEUU sin papeles y sin seguir los procedimientos correctos de asilo se considera un delincuente y se le enjuicia como tal, aunque no tenga antecedentes penales. Como los menores no pueden ingresar en prisión, son separados de sus padres. La inmensa mayoría de los inmigrantes indocumentados son centroamericanos.

México se pronuncia

En una conferencia de prensa luego de que se le reprochara al Gobierno mexicano la tardanza en emitir una postura clara sobre esta política migratoria, el canciller de este país, Luis Videgaray,  que menos del 1% de todos los casos de niños que han sido separados de sus padres son mexicanos.

"El Gobierno de México en ningún momento promueve la migración ilegal, sin embargo conforme a nuestros principios constitucionales nosotros no podemos ser indiferentes ante un hecho que claramente representa una violación a los derechos humanos y que pone en situación de vulnerabilidad a niños menores, algunos incluso con discapacidad".

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