El 8 de junio se conocerá la sentencia que el Vaticano impondrá al fundador del movimiento católico laico Sodalicio de Vida Cristiana, Luis Fernando Figari, acusado de abusos sexuales, físicos y psicológicos ocurridos entre 1975 y 2002. Ese día el monseñor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, leerá un comunicado -emitido por el Tribunal de la Signatura Apostólica- que ha sido conocido por el papa Francisco.
Este viernes los miembros de la Conferencia Episcopal Peruana, en conferencia de prensa, expusieron algunos pedidos que han realizado al Vaticano, pero no oficiales, sobre el retorno del líder del Sodalicio en Perú.
Dijeron que Figari podrá regresar al Perú para enfrentar las denuncias que recaen sobre él pues en ningún momento estuvo “oculto, escondido o protegido”. “Se considera infundada la afirmación de que se le impida al señor Figari defenderse o responder a las acusaciones formuladas contra él en Perú”, añadieron.
A diferencia del pedido de las víctimas de Figari, de la sociedad civil y del Ministerio Público, los sacerdotes peruanos señalaron la “no conveniencia” de su regreso al país. Por eso, han solicitado “que lo destinen a una residencia en la que se prohíba su contacto con miembros del Sodalicio, hacer declaraciones públicas y participar en manifestaciones públicas”. Su regreso debe ser pedido y aprobado por el comisario apostólico, afirmaron.
También dijeron que Figari presentó una apelación administrativa jerárquica, pero el tribunal supremo de la signatura apostólica la rechazó, pero él ha presentado una adicional al foro apostólico de jueces.
Habrá que esperar hasta la próxima semana.
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