La 'guerra' verbal entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y el exdirector de la FBI James Comey, no tiene precedentes en este país y amenaza con escalar. En una entrevista divulgada el domingo, Comey dijo que el mandatario republicano no está "moralmente" capacitado para ocupar dirigir los destinos de la mayor potencia del mundo y afirmó que algunos aspectos de la actual Administración le recuerdan a las formas empleadas por la mafia.

"Sí, pero no de la manera en que generalmente hablan sobre el tema. No creo que no esté médicamente capacitado, creo que no está moralmente capacitado para ser presidente", subrayó Comey durante una entrevista al canal ABC News, al comentar la posible incapacidad de Trump, tema que en los últimos meses ganó espacio en el debate público ante los cada vez más habituales exabruptos del mandatario que refuerzan la tesis de una enfermedad mental.

La entrevista, de la cual ya se habían divulgado diversos extractos a lo largo de los últimos días, había levantado una gran expectación por las declaraciones del ex número uno del Buró Federal de Investigación (FBI), como aquellas en las que Comey compara al mandatario con un jefe de la mafia.

"Esa cultura de liderazgo me viene constantemente a la mente cuando pienso en la Administración Trump", dijo Comey en referencia a los comienzos de su carrera cuando combatía el crimen organizado en Nueva York.

Este tipo de afirmaciones provocaron la ira de Trump, quien en desde el viernes no ha parado de insultar en Twitter a Comey, a quien tildó de "soplón", "mentiroso" y "poco inteligente".

Sea como fuere, es un episodio más en tensa relación de Trump y Comey, la cual alcanzó su momento álgido en abril de 2017, cuando el mandatario despidió al funcionario por su labor al frente de la investigación de la llamada 'trama rusa' o el 'Rusiagate', según apuntaron diversos medios estadounidenses en su momento.

"Creí que era una locura el despedirme", sostuvo Comey al recordar una decisión que, según dijo, le tomó por sorpresa y que se interpretó como una maniobra de Trump para poner fin a las investigaciones que parecen cercarlo cada vez más.

Actualmente, el despido de Comey es investigado como un posible intento de obstrucción a la justicia por parte del fiscal especial Robert Mueller, que tras la expulsión de Comey pasó a liderar las pesquisas sobre los supuestos lazos entre el Kremlin y Trump.

Durante la entrevista, que es parte de la campaña para promocionar su libro autobiográfico "A higher loyalty" ("Una lealtad superior"), que saldrá a la venta esta semana, Comey volvió a insistir que Trump le exigió lealtad, al igual que hizo cuando fue llamado a declarar ante el Congreso en junio del año pasado.

"Puede que hubiera sido mejor darle una contestación más explícita, tipo 'señor, no puedo prometerle lealtad'. Pero en ese momento, francamente, no se me ocurrió. Y a lo mejor no tuve el valor de hacerlo. Quería terminar la conversación sin verme comprometido".

Según contó el autor del citado libro, la posible connivencia entre la campaña del ahora presidente y el Kremlin es una sombra que se cernió en la relación entre ambos desde el mismo día en que se conocieron. 

Según Comey, uno de los puntos de más complicados de tratar con el presidente fue el contenido del llamado expediente Steele, que es una investigación que hizo el exespía británico Christopher Steele, financiado por el Partido Demócrata y en el cual se afirma que Trump había recurrido a los servicios de prostitutas en Moscú en 2013.

"Me preguntó: '¿acaso te parezco el tipo de persona que necesita contratar prostitutas?'", sostuvo en la entrevista televisiva Comey, quien reiteró que no sabe si es cierto otro de los puntos más controvertidos del dossier, en el que se afirma que Trump pidió a las meretrices a orinar sobre la cama del hotel por ser la misma en la que había dormido Barack Obama tiempo atrás.

Cuestionado sobre si considera que su decisión de anunciar la reapertura de la investigación del FBI sobre la entonces candidata demócrata Hillary Clinton a pocos días de la celebración de las elecciones pudo ayudar a Trump a alzarse con la victoria elecciones presidenciales de 2016, Comey fue claro:

"Pienso, ¡dios mío!, tuvimos algún papel en eso, tuvimos algún impacto en las elecciones".

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