El expresidente de Brasil Lula da Silva afirmó este sábado que se pondrá a derecho y cumplirá con el mandato de prisión que le dictó el juez Sergio Moro, durante un discurso ante simpatizantes que le acompañan en el sindicato metalúrgico de Sao Bernado do Campo.
El plazo para que se entregara a la justicia venció el viernes por la tarde. Una hora antes de límite, había perdido su último recurso para evitar la cárcel. Las últimas horas en libertad del expresidente se convirtieron en un acto político de afirmación ante los suyos. "Voy a atender el mandato para que no digan mañana que soy un prófugo y que me estoy escondiendo. Voy para que sepan que no tengo miedo y que voy a probar mi inocencia", dijo Lula. "No estoy por encima de la Justicia", agregó.
"Creo en la Justicia, pero en una Justicia justa, con un proceso basado en pruebas concretas", insistió el exmandatario, quien debe ingresar en prisión para cumplir una condena de 12 años que ratificó en enero un tribunal de Porto Alegre.
"Soy la única persona en el mundo que está procesada por un piso (apartamento) que ni siquiera es mío", declaró durante una misa en homenaje a su esposa, Maria Letícia, fallecida en febrero de 2017. Aludía a las investigaciones del caso Lava Jato, que concluyeron en que el carismático líder brasileño aceptó el soborno de una constructora. Fue sentenciado por corrupción pasiva y lavado de dinero. El acto litúrgico fue en resumidas cuentes el último acto político de Lula, quien fue cargado en hombros por sus seguidores.
Según contó a sus seguidores, hace poco, cuando visitó la frontera de Brasil con Uruguay, le dijeron que atravesara la calle para refugiarse en el país vecino o que pidiera asilo en la embajada de Bolivia, pero les respondió que prefiere enfrentar directamente a sus acusadores.
"Lo hago porque sé que la historia va a probar que quien cometió un crimen fue el comisario que me acusó, el fiscal que fue injusto conmigo y el juez que me condenó", afirmó.
El discurso de Lula se cerró con la canción de Apesar de Você, del cantautor Chico Buarque, símbolo de la oposición a la dictadura militar brasileña (1964-1985).
Las calles alrededor de la sede sindical están repletas de gente, de seguidores de Lula, a la espera de la hora final de su líder. Ahí pernoctaron en las últimas horas en medio de una tensa espera. Todos los dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula estaban también en el local, con su líder.
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