Con los resultados de la consulta popular que promovió el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ahora surge una nueva interrogante en el vecino país del norte, aparte de las siete preguntas en las que se impuso el "Sí": ¿ha llegado el fin de la carrera política de Rafael Correa? Los ecuatorianos se pronunciaron este domingo, entre otros aspectos, por un asunto crucial para la arquitectura institucional del país, del que dependía el futuro de su expresidente.
La pregunta 2 de la consulta planteaba que alguien que ya fue reelegido por una vez como presidente no pueda volver a presentarse al mismo cargo. Con ello, cerraron cualquier posibilidad que Correa, quien gobernó durante 10 años Ecuador, pueda volver a lanzarse a la presidencia del país, como lo había anunciado.
Pero no solo eso, el gobierno de Lenín Moreno, exaliado de Correa y hoy su enemigo público número uno, se aseguró la reestructuración del organismo que designa a las autoridades de control estatal, gracias al triunfo del "SÍ" a la pregunta 3 de la consulta, que el propio Correa había calificado como un "golpe de Estado" en la campaña. Esta medida implica que funcionarios del correísmo que siguen en la administración actual en cargos claves pueden perder sus puestos, lo cual cambiaría la correlación de fuerzas a favor del grupo morenista.
¿La razón? Con un oficialismo dividido, entre funcionarios y legisladores que reparten sus lealtades entre Moreno y Correa, que el control de entes como la Contraloría y la Procuraduría pase de un bando a otro, puede ser un golpe definitivo para el correísmo, que hizo campaña por el "No" en las preguntas 2, 3 y 6, referidas a la reelección indefinida, el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que designa los organismos de control y la ley orgánica para evitar la especulación sobre el valor de las tierras.
Pero hay quienes sostienen que el padre de la "revolución ciudadana" tiene opciones de seguir en el juego político ecuatoriano, al menos en el corto plazo. Incluso, lo señalan medios que se enfrentaron a Correa, como el diario El Universo, que publica una columna de opinión del analista Adrián Pérez Salazar, otro crítico del correísmo.
Para que ello suceda, explica el columnista, es clave el modelo económico de Ecuador —basado en el gasto público, la toma de deuda y la venta de petróleo—, que en la actualidad se ha vuelto impracticable. Y si Moreno, hoy revitalizado políticamente por el contundente triunfo del "Sí", toma medidas impopulares, como un ajuste económico por ejemplo, la figura de Correa se podría reavivar.
"Después de 10 años en que la bolita blanca caía siempre en el casillero de Correa, hoy el ganador de la jornada es Moreno. Mañana… nadie sabe".
El mismo expresidente, que acusa a Lenín Moreno de traición, de querer eliminarlo políticamente y de formular las preguntas de forma capciosa, celebró, por primera vez, una derrota y anunció que seguirá en la brega. "¡Felicitaciones a todos nuestros militantes! Ningún movimiento por sí solo puede lograr el 36% alcanzado, peor en tan poco tiempo y en lucha tan desigual", escribió Correa en Twitter a propósito de los resultaldos de la pregunta relacionada con la reelección indefinida."La lucha continúa", agregó.
Los correístas sostienen que es preferible un 36% representado casi en su totalidad solo por una persona, a un 70% de votos repartidos entre muchos, en alusión a que el triunfo del 'Sí' tiene varias caras, es decir, no solo la del presidente Moreno, sino también la de opositores como Guillermo Lasso (quien perdió la elección con Moreno en 2017), el líder los socialcristianos Jaime Nebot (alcalde de Guayaquil) o el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, fundador del movimiento SUMA, entre otros.
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