Primitivo Evanán es un artista ayacuchano, nacido en el distrito de Sarhua, provincia Víctor Fajardo. Cuando niño, al terminar su casa sus padres recibieron de obsequio dos vigas. Dos tablas de molle pintadas en las que destacaban escenas familiares. Quedó fascinado. Ya en Lima, dejó la universidad para dedicarse a este arte. En 1975, a los 31 años, hizo su primera exposición en la capital y desde entonces ha recibido premios, condecoraciones y homenajes en el Perú, y su arte ha recorrido salas de Sudamérica, Estados Unidos y Europa.

Foto: Ministerio de CUltura

Sus tablas de Sarhua, así como retablos y otras expresiones artísticas que algunos aún llaman arte popular, fueron transformándose de acuerdo con lo que Ayacucho vivía (costumbres comunales, flora y fauna, sincretismo religioso, genealogía familiar, migración, tiempos de violencia, fiestas, entre otras manifestaciones), y hoy en pleno siglo XXI siguen adaptándose a los nuevos tiempos pero sin perder su esencia. Ya no se usan solamente como viga de las casas en el campo, ahora son piezas de adorno y algunos utilitarios.

¿A qué viene todo esto? 

Primitivo es uno de los referentes de las tablas de Sarhua, un arte de pintar y dibujar sobre el molle o el eucalipto, árboles habituales en Ayacucho. Probablemente sus antecedentes son prehispánicos. Y en ellos se ha pintado -como señalamos líneas arriba- desde los orígenes del hombre andino hasta fiestas actuales, pasando por temas religiosos y políticos.

El diario Correo publicó este miércoles que la Fiscalía y la Dircote intervinieron desde octubre pasado más de 30 cuadros de Sarhua y un retablo y por presunta apología del terrorismo. Piezas enviadas desde Estados Unidos con destino al Museo de Arte de Lima (MALI). De inmediato políticos oficialistas y de oposición se manifestaron pidiendo investigación.

Imagen difundida por el diario Correo


Respuesta del MALI

“Este caso revela la ausencia de criterios definidos y parámetros claros para evaluar el delito de ‘apología del terrorismo’. Sin esos instrumentos será imposible referirse a la época de la violencia. Y eso resulta gravísimo para la memoria y para la reflexión sobre la historia reciente del Perú”, dice Natalia Majluf, directora del museo, a LaMula.pe.

Luego el MALI emitió un comunicado en el que señala que lo informado por el diario contiene inexactitudes y no se ajusta a la realidad:

“Las piezas en mención no constituyen apología al terrorismo y más bien están en línea con la política del museo de puesta en valor artístico de las tradiciones regionales. En este caso, reflejan acontecimientos reales que vivieron las comunidades ayacuchanas y que han sido plasmados en las obras de arte. De hecho algunas de ellas, como la serie Piraq Causa [¿Quién será, en español?] están acompañadas por leyendas que narran el sufrimiento del pueblo de Sarhua, y que registran claramente el rechazo a la ideología senderista y condenan el terrorismo”.

En efecto, las tablas en mención pertenecen a la Asociación de Artistas Populares de Sarhua, fundada por Primitivo. Constituyen una fotografía del dolor pintadas aproximadamente en 1983. Sus autores fueron perseguidos y amenazados por el Ejército y por Sendero Luminoso, por documentar todo lo sufrido en sus comunidades con la incursión de ambos. Ante el peligro que corrían sus vidas, los artistas enterraron sus obras, hasta que llegaron mejores tiempos. Luego salieron del Perú hacia Estados Unidos. Luego de mucho tiempo el MALI hizo la gestión de recuperar las tablas.. 

El comunicado señala que la Asociación Con/Vida Popular Arts for the Americas donó al MALI las obras de los artistas de Sarhua y dos textiles del maestro ayacuchano Edwin Sulca y un retablo del maestro Nicario Jiménez.

Finalmente, aclara al diario que la directora ya había acudido a la Fiscalía y que luego de que todo se aclarara el museo recibió las piezas el pasado 15 de enero. 

Si bien debemos considerar que las autoridades actuaron de buena fe (sobre la base de una ley que persigue manifestaciones públicas a favor del terrorismo), tampoco podemos dejar de lado su falta de conocimiento de lo que es el arte peruano, más aun del arte ayacuchano. Lo que pudo resolverse en horas, tomó más tiempo de lo necesario. Las tablas de Sarhua, aplaudidas en el mundo, merecen un mejor sitio en la cultura 'oficial' peruana y mayor conocimiento de los peruanos. Son arte y memoria, no son apología del terrorismo.


A continuación, algunos ejemplos de tabla de Sarhua (que no fueron intervenidas y que nos fueron proporcionadas por el MALI):


ACTUALIZACIÓN

Este jueves 25 de enero, el ministro de Cultura, Alejandro Neyra, respaldó el pronunciamiento del MALI: 

"Ellos han adquirido eso para su colección, fueron incautados y ahora están en el depósito del MALI, de hecho llegué a conversar con Natalia Majluf hace un tiempo antes de ser ministro de Cultura, como se explica ahí de ninguna manera este deseo del MALI adquirir estas obras de arte tiene que ver con hacer apología al terrorismo", dijo. 


 (Foto cabecera: Ministerio de Cultura)