Pedro Pablo Kucyznski volvió a referirse al cuestionado indulto humanitario y derecho de gracia que otorgó a Alberto Fujimori el 24 de diciembre, a solo horas de la Navidad y tres días después de haber salvado de la destitución en el Congreso, gracias a la facción 'albertista' de Fuerza Popular que se abstuvo de la votación en el pleno el 21 de ese mes.

Este vez el presidente habló del tema con la cadena CNN en español, que lo entrevistó a propósito de la visita del papa Francisco al Perú. PPK insistió en que no hubo ninguna negociación entre Kenji Fujimori, y él, en alusión a las abstenciones de la facción de la bancada Fuerza Popular que el menor hijo del exreo de la Diroes encabeza.

"No hay ningún intercambio de nada, esto era un proceso que yo anuncié en la campaña, lo repetí en una visita a España en junio, lo repetí en una visita a Buenos Aires unos meses después, he anunciado esto muchas veces, ha habido muchas oportunidades para discutir eso".

Es cierto que PPK habló de la eventual liberación de Fujimori en reiteradas ocasiones, y las versiones que habían apuntaban a que ya era una decisión tomada, que lo que se estaba buscando era el momento y la fórmula legal para hacerlo.

Y son esos dos aspectos los que más cuestionamientos generan ahora: la forma en que se dio el indulto, lo que refuerza la hipótesis de que se hubo un pacto bajo la mesa a cambio de su permanencia en Palacio, y que la salud de Fujimori, si bien deteriorada por su edad y los años de encierro, no justificaba su liberación por razones humanitarias. Pero no cabía otro tipo de indulto porque el autócrata fue condenado por crímenes considerados de lesa humanidad.

PPK también dejó entrever que sus cálculos políticos respecto al indulto no eran del todo correctos. Él creía —erróneamente— que si le abría las rejas a Fujimori iba a poder gobernar sin los sobresaltos que marcaron su primer año en Palacio, porque calmaría las arremetidas en el Congreso de Fuerza Popular, la bancada de Keiko Fujimori que gracias al control absoluto del Parlamento que ostente, tiene contra las cuerdas a su gobierno, ahora más débil y aislado que antes.

Pero diversos sectores, comentaristas y observadores advirtieron que era una lectura equivocada la de PPK y su entorno. Que a Keiko, cuyo liderazgo ya era amenazado internamente por su hermano, no le convenía tener a su padre libre, porque eso reforzaría la imagen de Kenji en el partido y hasta ponía en riesgo sus pretensiones electorales de cara al 2021.

En la entrevista con la cadena internacional, el mandatario no descartó que el proceso para su vacancia haya tenido relación con el proceso de indulto que se le inició en el Congreso, por sus vínculos con Odebrecht, a través de su firma Westfield Capital. Aunque la moción la presentó el Frente Amplio, fue Fuerza Popular la que la apoyó con entusiasmo y buscó hasta el final la destitución de PPK. Para ese entonces, ya el Gobierno había empezado el trámite para el indulto 'express' de Fujimori, que se resolvió solo en 13 días (entre el 11 y 24 de diciembre).

"Tenemos que recordar una cosa. Esto (su intento de vacancia) ocurrió unos días después de que nosotros firmamos el inicio del proceso del indulto del señor Alberto Fujimori. Puede haber que haya habido una conexión ahí".

Sea como fuere, el indulto a Fujimori fue un mal negocio para PPK: no logró lo que esperaba, terminó por dinamitar la poca credibilidad que le quedaba, polarizó el país, fraccionó y debilitó su gobierno, y además sigue a merced del fujimorismo. Ahora, sus posibilidades de que termine su mandato son tan inciertas como antes de que optara por liberar al autócrata. 

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