Una semana le queda a Pedro Pablo Kuczynzki para que logre articular una defensa mejor que la esgrimida hasta ahora y aclarar los delicados cargos que se le imputan, luego de que el Pleno del Congreso aprobó este viernes la moción de vacancia por "incapacidad moral permanente", con 93 votos a favor y 17 en contra, la cual se resolverá el próximo jueves 21. Este día, en el debate, el jefe de Estado puede ejercer personalmente su derecho a la defensa o ser asistido por su abogado, hasta por 60 minutos.
Lo que más le conviene a PPK ahora es defenderse, porque ha dicho que no renunciará, pero deberá hacerlo mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora para hacer frente a las denuncias que lo involucran con el cobro de dinero a la empresa Odebrecht por concepto de asesorías, incluso en la época que era funcionario del gobierno de Alejandro Toledo.
Y la misma Odebrecht parece haberle lanzado un salvavidas, al señalar que los contratos con Westfield Capital, empresa vincula a PPK, fueron lícitos y negociados directamente con Gerardo Sepúlveda, el socio chileno del jefe de Estado.
"Si renuncia, está aceptando lo que son situaciones bastante complicadas de explicar. Probablemente, pensando en que esto va a seguir en una investigación penal, él tendrá que mostrar desde ahora una defensa de ‘esto no es delito’ y, en todo caso, si ha habido falta, ‘fue una falta involuntaria’ Pero creo que se ha metido en un problema muy grande porque hay un conflicto de competencias que no se resolverá diciendo ‘mi socio manejó las cosas’", dijo el analista Eduardo Dargent a El Comercio.
No será un empresa fácil, más aún porque en el Congreso hay consenso en que las explicaciones de PPK han sido débiles e insuficientes. De no variar esta situación, la aprobación de la moción de vacancia el próximo jueves es inminente, porque hay las adhesiones necesarias para ello. Se necesitan 87 votos, es decir, mayoría calificada, y Fuerza Popular (71), el Frente Amplio (10), el Apra (5) y Alianza Para el Progreso (9) adelantaron que apoyarán la iniciativa.
"La defensa del presidente tiene que ser muy buena, y tiene que ser muy convincente para que se perciba que una vacancia sería arbitraria. Solo esa percepción disuadiría a algunos de los que votarían a favor [de la vacancia] de abstenerse. Esa es su única esperanza", sostuvo por su lado el analista Martín Tanaka, citado por El Comercio.
Más aún porque si bien la intención desestabilizadora del fujimorismo ha sido muy cuestionable desde el principio, en este caso particular la culpa principal es del mismo Kuczynski, por no haber sido claro desde el inicio, al dar varias versiones sobre su relación con Odebrecht.
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