Escribe: Fernando Gimeno / EFE

Cuando hace poco más de dos años el argentino Ricardo Gareca asumió el cargo de seleccionador, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) trazó un plan a largo plazo que devolviera a la Blanquirroja a un Mundial en Qatar 2022, pero sus previsiones fallaron, pues lo consiguió para Rusia 2018.

El plan se basa en un proyecto estable sin repentinos cambios en la dirección del equipo y en establecer semilleros de futbolistas en cada una de las veinticinco regiones del país para tener un equipo de garantías, cuyo mayor ejemplo es el grupo que ha logrado consolidar Gareca para Rusia.

Solo los hinchas más acérrimos y optimistas apostaban que Perú alcanzaría un cupo para el Mundial cuando hace cuatro años quedaron en la octava posición de las eliminatorias para la cita en Brasil 2014.

Todavía eran menos los que veían a Perú en tierras rusas cuando apenas había sumado cuatro puntos en las primeras seis jornadas de la eliminatoria y sus posibilidades eran realmente muy remotas.

Sin embargo, la Blanquirroja acumuló 22 enteros en las doce fechas siguientes, una épica remontada que sirvió para alcanzar la repesca, en la que este miércoles se deshizo de Nueva Zelanda para volver a un Mundial 36 años después de su última aparición en España 1982, y cuatro años antes de la meta de Catar.

El éxito de Perú se puede explicar por dos momentos que cambiaron la trayectoria del equipo hasta alcanzar un hito que no se esperaba hasta la siguiente eliminatoria.

El primero es el caso Nelson Cabrera, el jugador paraguayo nacionalizado boliviano cuya alineación indebida por parte de Bolivia ante Perú y Chile motivó sendos recursos donde el principal beneficiado fue la selección incaica.

Perú fue declarado ganador por 0-3 del partido que había perdido en La Paz (2-0), y eso fue toda una inyección de moral para un equipo que hasta ese momento parecía abocado nuevamente al fracaso.

El segundo factor fue el equipo formado por Gareca para disputar la Copa América Centenario, celebrada en 2016, donde ensambló las piezas del actual grupo que ha llevado a Perú al Mundial.

El técnico argentino primó la ambición, la solidaridad, la humildad y el compromiso, al tiempo que desterró, haciendo frente a las críticas, a antiguas 'vacas sagradas' de la selección como Claudio Pizarro y Juan Manuel Vargas.

Con Paolo Guerrero como gran capitán, la confianza puesta en jóvenes valores como Édison Flores, Christian Cueva, Renato Tapia y Miguel Trauco pronto comenzó a surtir efecto con históricos resultados como los inéditos triunfos en Paraguay (1-4) y Ecuador (1-2), nunca antes logrados en eliminatorias.

Flores terminó las eliminatorias sudamericanas con cinco goles, solo por detrás de Guerrero, que fue el máximo artillero del equipo con seis tantos, algunos tan importantes como el marcado ante Colombia, que dio el pase a la repesca del Mundial.

La gran unión del combinado peruano se vio aún más reforzada cuando precisamente Guerrero quedó suspendido por la FIFA para jugar la repesca contra Nueva Zelanda mientras se le investiga un posible dopaje.

Llegar al Mundial en honor a Guerrero se convirtió en una cuestión de estado para el equipo peruano, que ahora confía en que pueda estar disponible para liderarlos en Rusia.

Con el pasaje asegurado para esta próxima Copa del Mundo, Perú podrá cumplir su plan para Qatar 2022 con mayores garantías, sobre todo gracias al sólido equipo que ha creado Gareca, capaz de exprimir al máximo los recursos de todos sus jugadores, y cuyo margen de crecimiento aún no parece tocar techo.


Notas relacionadas en LaMula.pe:

Examen de cabello a Paolo Guerrero descartaría consumo de cocaína, según Globoesporte

La selección peruana recibirá US$1,5 millones por su clasificación a Rusia 2018

Perú está en el bombo 2 del sorteo del Mundial 2018