Edurne Portela (España, 1974) está muy ilusionada por llegar a Arequipa, adonde ha sido invitada para participar en el Hay Festival Arequipa 2017. Es su primera vez en Perú, país cuya historia y literatura -dice- siempre le han interesado mucho.
La escritora vasca llega para hablar de su reciente y primera novela, Mejor la ausencia, una obra en la que la protagonista Amaia, la menor de cuatro hermanos, describe el entorno brutal de un pueblo del Nervión (País Vasco, España) durante los años ochenta y noventa.
Es su primera novela, pero no el primer libro que escribe. Durante su estadía en Estados Unidos escribió varios artículos científicos y dos ensayos: Displaced Memories: The Poetics of Trauma in Argentine Women Writers y El eco de los disparos: cultura y memoria de la violencia. Este último incluyó pequeños relatos relacionados con la violencia en Euskadi y que abrieron el camino para la novela. LaMula.pe conversó con ella antes de que llegue a Arequipa.
En Mejor la ausencia muestras un periodo difícil para España y el País Vasco desde la mirada de una niña, ¿de qué manera, distinta a los adultos, afecta la violencia, ya sea social o política, a los niños?
Evidentemente la violencia marca mucho más a un niño o niña que a un adulto. La niñez es el estado absoluto de vulnerabilidad. Para mí era muy importante indagar en cómo la violencia marca la vida de una persona desde sus primeros años. Por eso la novela empieza cuando la protagonista tiene cinco años y continúa hasta sus 35. La novela está construida desde su voz y su mirada y todo lo entendemos a través de ella. Para mí suponía indagar en cómo una violencia múltiple (machista, estructural y política) marca a esta persona y qué herramientas va desarrollando para enfrentarse a ese mundo hostil. Así, conocemos su vulnerabilidad de niña, su curiosidad, su ternura, pero también cómo se va convirtiendo en una adolescente y una mujer con muchas aristas. Si hubiera creado un personaje ya adulto no habría hecho ese trabajo de indagación.
“Para conseguir la voz de Amaia tuve que hacer un trabajo de introspección para saber todo lo que podía entender y comunicar una niña de esa edad. No hice investigación, me situé en la memoria de mi infancia y recordé el mundo afectivo que puede tener con esa edad. Los muchos porqués que suelen preguntar sin parar los niños”.
Cuando una historia de ficción respira o expone una violencia transversal, existe un riesgo de caer en el maniqueísmo al momento de describir a los personajes, ¿cómo evitar eso?
Creo que siempre se corre el riesgo de caer en el maniqueísmo, pero no sólo al escribir sobre violencia. En mi caso, lo que he intentado ha sido profundizar en los personajes, no sólo entenderles por sus acciones, sino también por el contexto en el que se fraguan esas vidas, sus relaciones íntimas, las herramientas que tienen o de las que carecen a la hora de afrontar la violencia. Es decir, no creer que todo aquel que comete un acto de violencia es simplemente un monstruo, sino intentar entender (que no justificar) las raíces de esa violencia.
¿El hecho de que se considere a la novela como el género más mediático ha ocasionado que se deje de experimentar literariamente con ella? ¿Que no se arriesgue en la concepción de la historias?
No estoy de acuerdo con que no se siga experimentando. Te podría nombrar varias novelas que he leído en los últimos tiempos que lo hacen, y se arriesgan. Eso no quita que, claro, haya escritores que produzcan best-sellers y que sean estos los que copen el mercado. Pero creo que tanto en España como en los países de América Latina están naciendo muchísimas editoriales independientes que de hecho abogan por un tipo de novela no comercial y por tanto libre para experimentar y seguir aportando nuevas propuestas.
Has desarrollado una carrera como académica e investigadora antes de incursionar en la ficción. ¿Qué herramientas de la ensayista puede ayudar a la novelista?
Todo mi trabajo académico y mis dos ensayos anteriores (el primero tiene que ver con la escritura del trauma y el segundo con la memoria de la violencia en Euskadi) me han dado un conocimiento y una metodología de reflexión que supongo ha influido en la forma en la que he escrito la novela. La imaginación, al fin y al cabo, se nutre de nuestro conocimiento, de nuestra sensibilidad, de nuestra memoria. Y ese trabajo previo que hice creo que marcó mucho mi manera de entender la realidad, y de sentirla. No te podría dar ejemplos concretos porque no es una relación consciente, pero sin duda todo lo que aprendí durante mi formación y carrera académica, seguro que ha dejado un fuerte poso en la forma en la que afronto ahora la ficción.
El viernes 10 de noviembre (1:30 pm en el Instituto Cultural Peruano Alemán) Edurne presentará el documental Vida y ficción, del cual es creadora conjuntamente con José Ovejero. Luego (7 pm en el Centro de las Artes de la Universidad Católica San Pablo) hablará sobre Mejor la ausencia. El sábado 11 (10 am en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa) participará en un conversatorio con Martín Roldán Ruiz y Alonso Rabí sobre la literatura y los años 80.