Toda la Argentina estaba en vilo, pero entonces apareció el genio de Lionel Messi para asegurar la participación de la Albiceleste en Rusia 2018, luego de marcar un triplete (3-1) en el Atahualpa de Quito frente a Ecuador y lavarle la cara al equipo de Sampaoli, que tuvo una eliminatoria irregular, que por poco los acerca al abismo.

Y es que en el mundo del fútbol casi nadie podía imaginar un Mundial sin el mejor jugador del planeta. Menos el mismo Leo. "Estaba el miedo de quedar afuera. Hubiese sido una locura para Argentina, para nosotros, para todos y, sí, obviamente que estaba ese temor, pero hoy más allá de eso, lo supimos jugar", dijo el astro del Barcelona.

Pero Messi fue tres veces Messi, y con ello le devolvió el sentido a un país que gira en torno a una pelota. "Después de esto, creo que va a haber un cambio muy grande, creo que la selección va a crecer mucho después de esta clasificación", anotó Leo.

Pero eso está por verse porque el único que tiene una lámpara mágica en el equipo de Sampaoli es Messi. O dicho de otra forma, Argentina es Messi y diez más. "La peleamos, la sufrimos y no podíamos no estar adentro, porque en Argentina no se puede permitir eso", sostuvo el 10. 

Messi fue el único capaz de conjurar la pesadilla argentina en circunstancias de máxima tensión, como en Quito. El partido ante Ecuador no fue muy distinto a los muchos que empató la Albiceleste en este proceso, pero esta vez fue resuelto por Leo. Así de simple. Y ahora esos mismos que lo llamaban "enano" o "pecho frío" le prenden velas, lo ensalzan, le dedican portadas épicas. Las ironías del fútbol.

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