La corrupción es un problema nacional. Está enquistada casi todos los niveles de nuestra sociedad, pero donde tiene mayor impacto y resonancia es en las esferas del poder, como lo demuestra el escándalo del caso Odebrecht, la constructora brasileña que montó un esquema de sobornos a políticos y funcionarios nunca antes visto en la región, para poder asegurar sus negocios en el Perú y el resto de naciones en las que operaba.
En ese contexto, Proética, capítulo peruano de Transparencia Internacional, acaba de presentar su décima encuesta nacional sobre la corrupción, que confirma que para el 52% de peruanos, la corrupción sigue siendo uno de los mayores problemas del país, junto con la inseguridad ciudadana.
Según el estudio, el 71% de los 1.314 consultados considera que la corrupción ha aumentado en los últimos cinco años, mientras que un 75% afirma que, a un año de haber asumido el poder, el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ha hecho muy poco o nada para combatir este flagelo, pese a que, como la mayoría de políticos en campaña, se llenan la boca para hablar de tema, hacen promesas y hasta firman compromisos.
Pero la realidad es contundente, y sin bien la corrupción aún se mantiene como el segundo problema nacional más grave, después de la delincuencia, la brecha se ha acortado de forma notoria respecto al 2015, cuando se realizó el estudio anterior de Proética. Así, en la medición actual, la delincuencia bajó 5 puntos —de 62% a 57%— y la corrupción aumentó 6 —de 46% a 52%—, lo que confirma su tendencia al alza.
Sin duda, la corrupción que se destapó con el caso Lava Jato, que tiene ahora a un expresidente prófugo (Alejandro Toledo) y otro bajo prisión preventiva (Ollanta Humala), ha sido el parteaguas en este estudio. Así, la encuesta señala que un 61% de los entrevistados coincide en que el principal impacto negativo tiene que ver con la pérdida de confianza en el Estado, mientras que un 49% señala que este caso ha ocasionado un menor crecimiento económico y un 37% considera que se están haciendo obras públicas de peor calidad.
Otro dato destacable aunque tan novedoso, es que para la mayoría de peruanos, el de Alan García, investigado por las coimas en el tren eléctrico, fue el gobierno más corrupto que ha tenido el país, incluso por encima de la dictadura que encabezó Alberto Fujimori —condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad y corrupción—, en la que se perpetró el mayor latrocinio de la historia del Perú (US$6 mil millones desfalcados de las arcas públicas, según cálculos oficiales).
La encuesta también confirma lo que otras mediciones ya han señalado: que el Poder Judicial y el Congreso son dos de las instituciones más corruptas que hay en el Perú. Y se lo han ganado a pulso.
DATOS
► La encuesta de Proética ha sido realizada por Ipsos Perú, gracias al apoyo de la Universidad del Pacífico, la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, la Universidad Peruana Cayetano Heredia y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
► La muestra consistió de 1.314 personas mayores de 18 años de la zona urbana de Lima y otras 17 ciudades del país, entre el 20 y 30 de agosto de 2017. El margen de error fue de +/- 2.7%.
DOCUMENTO
Este es el estudio completo de Proética
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