Este lunes se llevó a cabo en el Ministerio de Educación la ceremonia protocolar de transferencia entre Marilú Martens y el nuevo titular de esa cartera, Idel Vexler. Un acto que se llevó a cabo entre el entusiasmo del miembro del gabinete Aráoz y la clara incomodidad de su antecesora.

Y es que Martens se despidió del cargo haciendo una invocación para que se mantenga la defensa de la reforma educativa -que incluye además el Currículo Educativo Nacional-, algo que, según recordaron los medios de comunicación este fin de semana, Vexler había criticado.

"Le deseo los mejores éxitos, tenga en mí una ciudadana comprometida en la educación que va a apoyar esta reforma educativa, que tiene primero a los estudiantes y que necesite mejores docentes para que estos se logren".

A su turno, el ministro señaló que continuaría 'peleando' para que se respete la potestad del Minedu sobre los "contenidos pedagógicos", en referencia a la disputa judicial generada tras una demanda de grupos conservadores para que el currículo sea eliminado.

"Ustedes saben, yo he tenido una postura crítica con respecto a la construcción del Currículo, pero ya está aprobado, ya está en marcha. Y cuando el Poder Judicial quiere decidir sobre los contenidos, hemos dicho y tenemos que seguir peleando para que la rectoría del Ministerio en los contenidos pedagógicos se mantengan".

Sin embargo, segundos después dijo que ello no significa que no se planteen cambios en el documento, aunque aseguró que estos no se harían de ninguna manera como un retroceso. El gesto de disconformidad de la saliente ministra fue más que evidente.

"Lo cual no implica que no podamos seguir mejorando el currículo para que sea más familiar, más viable, más aplicado para los maestros. Pero cualquier ajuste va a ser para avanzar y de ninguna manera para retroceder".

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Pero uno de los momentos más incómodos se dio cuando el nuevo titular del Minedu culminó su discurso pidiéndole a su sucerosa que regrese "cuando quiera", dirigiéndose además ante los trabajadores para señalar que se trataba de "una ministra tan hermosa". Frente a este último comentario, Martens solo atinó a reír por compromiso antes que Vexler la acercara a hacia él para darle un beso.

"Muchas gracias, Marilú, por tu trabajo. Y esta es tu casa, ven cuando quieras. Quiero que me visites lo más que puedas... además con una ministra tan hermosa".

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Este último 'gesto' fue criticado en redes sociales por distintas personas como la periodista Jacqueline Fowks, quien hizo un paralelismo entre lo mostrado hoy y la abierta oposición a la igualdad de género del nuevo ministro.