La tensión en el península coreana está al límite, luego del anuncio del régimen de Pyongyang, que el domingo dijo que llevó a cabo con éxito la prueba de una bomba de hidrógeno (Bomba H) que puede ser transportada en un misil balístico de largo alcance y que es tres veces más potente que la de Hiroshima.

Este lunes, Estados Unidos presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 'arma' con el que busca frenar la carrera nuclear de Corea del Norte ante el nulo efecto de las sanciones adoptadas hasta la fecha: la embajadora estadounidense Nikki Haley anunció que Washington está dispuesto a castigar económicamente a todo país que haga negocios con Pyongyang.

Como explican los expertos, se trata de una medida extrema de difícil ejecución, porque  elevaría la tensión con China, principal socio del régimen de Kim Jong-un. "Corea del Norte está clamando por una guerra con su uso abusivo de los misiles", advirtió Haley, al reiterar que EEUU tiene todas las opciones sobre la mesa, que incluye una "respuesta militar masiva" si el peligro aumenta.

Sesión de urgencia del Consejo de Seguridad dedicada a Corea del Norte. (Reuters)

Pese a que una salida pacífica del conflicto se hace cada vez más complicada, la posibilidad de que la presión diplomática y comercial sobre Corea del Norte sea capaz de cambiar un desenlace bélico aún es vista con esperanza. 

En ese contexto, el papel que jueguen China y Rusia,  socios principales Corea del Norte, será clave. Por lo pronto, ambas potencias pidieron en la ONU evitar una escalada de tensión tras el último ensayo nuclear del régimen de Pyongyang, el sexto desde hace una década.

Medios norcoreanos mostaron a  Kim Jong-un inspeccionando lo que sería una bomba de hidrógeno. (Reuters)

"China nunca permitirá el caos y la guerra en la península coreana", manifestó el embajador chino ante la ONU, Liu Jieyl, al intervenir en la sesión de urgencia del Consejo de Seguridad para analizar este tema.

El embajador ruso, Vassily Nebenzia, rechazó que también una eventual "solución militar" al programa nuclear de Pyongyang. "No hay duda de que experimentamos uno de los momentos más graves y dramáticos en la península coreana", afirmó.

El otro bloque sólido en este conflicto, formado por EEUU, Francia y el Reino Unido, acordaron presentar una nueva resolución con sanciones que se sometería a una votación en una semana.

Haley recordó que el régimen norcoreano lleva 24 años retando a la ONU y que a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, su programa nuclear es ahora más "grande” y "peligroso" que nunca. "Basta ya. Tenemos que adoptar las medidas más duras posibles. No hay otro camino. No buscamos la confrontación militar pero nuestra paciencia no es ilimitada", dijo la embajadora estadounidense.

Corea del Sur da un giro

Ante las constantes amenazas Pyongyang, el gobierno de Seúl decidió reanudar la instalación del polémico sistema estadounidense antimisiles THAAD y anunció que evalúa la posibilidad de que Washington despliegue en la península algunas de sus armas atómicas más avanzadas.

El 4 de julio pasado, Corea del Norte lanzó un misil balístico intercontinental. (KCNA)

"En la reunión del Consejo de Seguridad Nacional —que se celebró este domingo, poco después de que Kim Jong-un ordenara efectuar la última prueba nuclear—, las opiniones convergieron en una dirección que refuerzan la disuasión militar y no tanto perseguir el diálogo", dijo el ministro de Defensa surcoreano, Song Young-moo, citado por la agencia surcoreana Yonhap.

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