“Mi hijo de 16 años me dijo en la noche: ‘Voy a descansar, mañana tengo examen. Tú también, mamá, acuéstate’. Estaba durmiendo, de pronto han entrado. Luces de linternas iluminaban todo y sacaron a mi hijo. ‘Mi hijo es inocente, a dónde se lo van a llevar’, dije”. Es el testimonio que dio Eleodora Quispe, ayacuchana y madre de uno de los tantos desaparecidos en Ayacucho, a Luis Cintora, cineasta y autor del documental ‘Te saludan Los Cabitos’ [2015]. 
"A mi hijo Arquímedes, en el amanecer del 2 de julio de 1983, entraron a mi casa Los Cabitos y lo sacaron, sin pruebas ni antecedentes ni nada. Desde entonces lo busqué y nunca lo encontré a mi hijo”, declara Angélica Mendoza, ayacuchana y madre símbolo de los familiares de asesinados y desaparecidos en el cuartel Los Cabitos.
“A las 3 de la mañana lo sacaron a mi esposo, cuando estaba durmiendo entraron seis encapuchados a mi casa. No sé su paradero, no sé nada de él, nadie sabe nada”, cuenta Sergia Flores, esposa de un desaparecido.
“Mi papá desapareció cuando yo tenía dos meses de nacido. Cuando iba a pagar un recibo. Hubo una batida de Los Cabitos en la zona en la que estuvo y nunca más se supo de él”, narra Ricky Laurente, hijo de otra víctima.

Son apenas cuatro testimonios de todos los que vemos en el documental, una pequeña muestra del inmenso horror que se vivió durante los años ochenta en Ayacucho tras la llegada de contingentes militares para combatir a Sendero Luminoso. Tiempos en los que el cuartel Los Cabitos albergó a militares y a miembros de inteligencia durante la declaratoria de emergencia en esa región.

Este 16 de agosto el Colegiado B de la Sala Penal Nacional, que preside el magistrado Ricardo Brous­set Salas, dictará sentencia por el proceso ju­dicial seguido contra efec­tivos militares acusados de torturas, desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales contra 53 personas. El pedido de la fiscal superior Luz Ibáñez es pena de 33 años de pri­sión contra los acusados y el pago de 10 millones de soles a favor del Estado, así como una reparación de S/200.00 a los deudos de los desaparecidos. 

De acuerdo con los familiares de las víctimas las pruebas son suficientes para que haya una sentencia efectiva contra los culpables, sin embargo ante tanta dilatación (34 años) temen que los acusados puedan lograr un beneficio legal. Más aún luego de que el martes 15 la Sala Penal Nacional de Perú decidiera archivar el proceso por el caso Huancapi, en el que se juzgaba la desaparición y posterior asesinato de siete políticos ayacuchanos en 1991. ¿Se hará justicia esta vez?



Desapariciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales en la base militar de Los Cabitos (1983-1985)