"Ayúdenme a encontrarla, si esta muerta, quiero al menos saberlo para quedarme tranquila y que pueda descansar en paz". Abrazada a una activista del colectivo Ni Una Menos, la señora Rosario Aybar pide una vez más ayuda para saber qué sucedió con su hija Solsiret, desaparecida hace casi doce meses sin que las investigaciones hayan logrado esclarecer qué pasó. Lo hace casi al final de nuestro encuentro con ella y otras tres madres que han vivido la misma situación: ver como sus hijas se convertían en nuevas víctimas de la violencia machista que aún hoy sigue imperando en nuestro país.


Solsiret Rodríguez despareció el 23 de agosto de 2016, pocos días después de la multitudinaria marcha que movilizó a cientos de miles de ciudadanos contra la violencia a las mujeres y el respeto de sus derechos. Un movimiento del que era activista y que irónicamente hoy la adopta como un símbolo de la vulnerabilidad al que están sometidas las mujeres en nuestro país. Desapareció y pese a que varios indicios apuntan a una presunta responsabilidad de su expareja y su hermano gemelo, hasta hoy las investigaciones no han podido determinar qué fue lo que realmente sucedió.

Pero sumado al drama que supone de por sí el perder a una hija, la señora Aybar y su familia han debido lidiar con la poca colaboración por parte de la policía y las autoridades en la lucha por esclarecer el caso. Algo que notó desde que intentaron denunciar su desaparición y recibieron como respuesta de parte del SS de la Policía Dante Pastor Bocanegra que "por su amplia experiencia", Solsiret seguramente "estaba con la cabeza caliente" y podría haberse ido con otra persona, negándose además  realizar el trámite porque se trataba de una persona mayor de edad.

"Tenemos un sentimiento de total indignación hacia el ser humano. Total indignación al no tener la colaboración de parte de las autoridades. Tanto de la policía como de los fiscales, ni uno ni otro. Uno se siente totalmente desamparada. ¿Para qué existen las leyes si no las van a cumplir? A mí esa actitud me trae abajo, me hace creer que no hay justicia respecto a estos casos". 

Una sensación de impotencia que comparte también la señora Norma Rivera, madre de la joven ingeniera Shirley Villanueva que el jueves 23 de marzo se reunió con un grupo de amigos para ver el partido Perú - Venezuela y que según la versión de estos terminó ahogada en el mar de Magdalena producto de un accidente. Sin embargo, la aparición de sus prendas y objetos personales en distintos puntos de la ciudad hace que dicha hipótesis sea insostenible.

"Cuando yo he llamado decían que la habían embarcado, que terminó el partido Perú Venezuela y la habían embarcado. Al día siguiente después de 24 horas ellos van a la Comisaría y dicen que no, que se ahogó, allí empezó todo. La ropa de mi hija la encontraron por san marcos, fueron desapareciendo todas las pertenencias de mi hija. No fue un accidente".

Hoy la señora Norma, quien ya perdió a una hija mayor hace unos años, sigue esperando que la Fiscalía se pronuncie mientras ve como los amigos que estuvieron con ella aquella noche siguen haciendo su vida con normalidad.

"Como no hay cuerpo, no hay delito. Los chicos siguen trabajando, haciendo una vida normal mientras que mi hija que tenía 24 años, con muchos sueños, llena de ilusiones, recién empezaba a trabajar Sigo buscando, sigo esperando algo, saber la verdad (...) Cuando se presentaron después de 24 horas a la Comisaría, habían ido con abogados. Si era una accidente, ellos no tenían nada que ver, no eran culpables, por qué esperar tanto tiempo para decir que mi hija se ahogó".

Muertes sin culpables

Pero si a las señoras Rosario y Norma las une la incertidumbre de no saber qué pasó, el tener la certeza de la muerte de una hija y ver la lentitud en los procesos para establecer sanciones a los culpables resulta una tortura. La misma que vive la señora Luz Gutiérrez, madre de la joven estudiante Denisse Vidal encontrada sin vida el 17 de octubre en San Bartolo con signos de violencia en su cuerpo.

Pese a que el protocolo de necropsia señala que no existió abuso sexual, Denisse fue encontrada golpeada, con sus prendas íntimas abajo y con inscripciones obscenas en su cuerpo. ¿Pero pese a ello cuáles fueron las posibles explicaciones de la policía? Según la señora Luz, algo inverosímil.

"La Policía nos informa que de repente ella puede haberse tomado veneno, se ha matado, pero nosotros no creemos eso porque el fiscal nos dice ahora que tiene que haber un informe en el que diga que ella tenía eso en el cuerpo, esos tóxicos, pero no tiene nada. Ella no se ha podido hacer esos golpes que tiene, ¿quién le ha hecho?".

Para la señora Isabel Mayo, madre de la suboficial de la Policía Brenda Ñahuis, la duda de saber qué fue lo que le pasó a su hija no es lo que le estruja el corazón. Ella lo sabe de boca de su mismo asesino: Josimar Montenegro Cuzco, también integrante de la Policía y expareja de Brenda, quien confesó el crimen a las autoridades señalando además que fue por celos.

Montenegro Cuzco la asesinó de un balazo en la cabeza y sin embargo solo paso diez meses en prisión sin que hasta hoy se haya programado la fecha de inicio del juicio en su contra.

"No sé dónde están las autoridades, por exceso de carcelería le dieron libertad. Él está haciendo su vida, libre, ¿y mi hija qué? Mi hija está muerta, nadie me la va a devolver, era mi única hija de 20 años. Si él ha sido el asesino confeso, ¿qué más pruebas quieren? Ese delincuente tiene que ir preso, quiero que lo condenen ya".



SOMOS TODAS

Estos son solo cuatro casos que hoy después de 12 meses en que la indignación tomara las calles de prácticamente todas las ciudades del país para exigir justicia y un alto en la cabeza, demuestran que no hemos aprendido nada. Por ello es que esta vez la movilización Ni Una Menos volverá a llevar la voz de las víctimas hasta donde se permita escucharlas.

Bajo el lema, "Ni una menos, somos todas", la marcha se realizará este sábado a las 2 de la tarde partiendo del Campo de Marte con dirección a Palacio de Justicia.

¿Por qué asistir? Mercedes Condori del colectivo Ni Una Menos lo explica:


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