La Comunidad Cristiana Agua Viva debe haber sido la que más creció en el Perú en los últimas décadas de todas las organizaciones evangélicas que hay en el país, al punto de que, en el 2009, compró el Gran Teatro Auditorio Amauta, mítico coliseo que por años fue el principal centro de convenciones y espectáculos de Lima, en una de las mayores operaciones inmobiliarias cuyos detalles eran desconocidos hasta ahora.

Una investigación de Wayka.pe da luces de la adquisición de este recinto de 37 mil 638 metros cuadrados, convertido ahora en uno de los lugares de culto evangélico más grande del país. La familia Hornung Lazo, que fundó y dirige Agua Viva, pagó US$ 6 millones por el coliseo, que ha servido también para promover eventos del colectivo "Con mis hijos no te metas" y actividades proselitistas de Luis Castañeda en 2011 y Keiko Fujimori en 2016. 

Pero no solo al culto cristiano se dedica esta comunidad evangélica que se fundó hace 32 años: sus principales dirigentes, Pedro Hornung Bobbio y su esposa, Alda Mirta Lazo Ríos —que se hacen llamar profetas—, tienen sólidos vínculos con los sectores más conservadores de la política peruana. 

De hecho, como recuerda Wayka, Alda Lazo Ríos fue congresista de Restauración Nacional —el partido del pastor Humberto Lay—, y desde su curul impulsó la Ley de Libertad Religiosa, que otorga una serie de beneficios económicos a las iglesias evangélicas y cristianas.

Ahora Agua Viva está ligada al fujimorismo. Incluso, uno de sus pastores, Juan Carlos Gonzales Ardiles, es congresista de Fuerza Popular y actual presidente de la Comisión de Ética parlamentaria. Además, en mayo del 2013, el 'apóstol' Hornung Bobbio solicitó junto a otros pastores de Agua Viva el indulto para Alberto Fujimori, expresidente condenado por delitos de lesa humanidad, a través de una carta que enviaron al entonces presidente Ollanta Humala.

La compra del Amauta

Hornung Bobbio fue pieza clave en esta operación inmobiliaria, según Wayka, que se cerró en el 2009, cuando Agua Viva compra el coliseo que por muchos años fue propiedad del broadcaster Genaro Delgado Parker, quien perdió el recinto por una deuda con el Banco Wiese, actualmente el Scotiabank, que luego vendió el Amauta vía remate judicial.

Documentos de registros públicos a los que accedió Wayka revelan que el 27 de diciembre de 2007, el Scotiabank entregó los derechos de la acreencia del Amauta a una empresa llamada Servicios, Cobranza e Inversiones (SCI), para que proceda a la venta del local y así cobrar su deuda.

"El 22 de mayo de 2009, Agua Viva, representada por Pedro Hornung, suscribió con SCI un contrato por 6 millones de dólares donde esta se comprometía a comprar el coliseo mediante subasta para Agua Viva. El 21 de julio del mismo año, el Poder Judicial convocó al remate del Amauta, presentándose como único postor SCI, que finalmente adquirió el local por 4 millones 290 mil dólares, el que luego pasó a manos de la iglesia", reseña la publicación.

Documentos de la operación. (Wayka)

La operación llamó la atención  de las autoridades fiscales, sobre todo porque no se identifica el origen de los fondos usados para la adquisición. Una fuente de la Sunat aceptó revisar la documentación de Registros Públicos a la que accedió Wayka, con la condición de no ser identificada. "Esta es una operación opaca y corresponde una fiscalización", concluyó.

La publicación solicitó la versión oficial de Agua Viva, y aunque los dirigentes de la comunidad crsitiana se negaron a responder directamente, Arturo Arias Schreiber Lazo, del área administrativa del Amauta y familiar de los Hornung Lazo, dijo lo siguiente: "La iglesia se mantiene por las ofrendas y diezmos de las personas que asisten a los servicios. No recibimos financiamiento extranjero ni de otras iglesias".

“Cada vez que entrego un diezmo, Dios me retribuirá en el trabajo, eso es lo que dicen los pastores. Por eso yo cumplo con el diezmo, a pesar de mis gastos familiares y los moderados recursos económicos que poseo, y asisto todos los domingos al Amauta para escuchar la prédica”, dice Hernán Cortéz, un seguidor de la iglesia desde hace dos años, que tiene esposa y tres hijos y que vive en Ventanilla.


Luego de que Hornung Bobbio concretó la compra del coliseo, hizo otras extrañas operaciones, según revela Wayka:

"El 21 de julio de 2010, Agua Viva hipotecó el Amauta al Scotiabank por 5 millones 946 mil 301 dólares. Al día siguiente, la iglesia firmó un contrato de usufructo del coliseo por 30 años con la organización no gubernamental Impacto Perú, representada por José León Tang, donde la ONG pagaría a la comunidad cristiana una renta de 10 mil dólares mensuales, con un adelanto de 20 mil dólares, por el uso de las instalaciones del centro de convenciones. Era un negocio entre socios, León Tang también era integrante del consejo directivo de Agua Viva, así como dicha ONG es dirigida en la actualidad por Alda Mirta Lazo, fundadora de Agua Viva".

Pero menos de un año después de haber comprado el Amauta, el 24 de agosto de 2010, Pedro Hornung vendió el coliseo por US$5 millones a la Asociación Cultural Ondas del Pacífico, propietaria de una radioemisora donde, coincidentemente, Hornung Bobbio es vicepresidente. Según el contrato de compra-venta, Ondas del Pacífico le pagó a Agua Viva 500 mil dólares de adelanto.

Pero ahí no quedan los extraños movimientos. Luego de dos meses de la última operación, el 28 de octubre del mismo año, Agua Viva volvió a vender el Amauta por un monto igual —US$5 millones—, pero ahira a la Asociación Centro Cristiano y Misionero Palabra de Vida, presidida por Manuel Gutiérrez Espinoza y que tiene como domicilio fiscal la avenida César Vallejo 442, en Lince, que es una de las sedes de la Escuela de Liderazgo de Agua Viva.

"Parece tratarse del ruleteo de una propiedad con la finalidad de que no se detecte algo o a alguien. Comprar una propiedad para que luego pase de mano en mano entre conocidos del comprador, o empresas o entidades con la que este se encuentra relacionado, es típico de actividades sospechosas", dice la fuente de la Sunat citada líneas arriba.

Así, este tipo de operaciones, en actividades donde no hay fiscalización o rendición de cuentas, pueden investigarse como lavado de activos, explicó la procuradora de este tipo de delitos, Janet Briones. "Lo más común son los signos exteriores de riqueza, la compra y venta de inmuebles, que se vendan sucesivamente a personas extrañas pero terminen a nombre de familiares o también de una ONG que es de un familiar", refirió la abogada del Estado.

DATO

► Las organizaciones religiosas como Agua Viva están obligadas a declarar sus ingresos en declaraciones mensuales y anuales, a pesar de que se encuentren exoneradas del pago del Impuesto a la Renta.