Cuando todo apuntaba a que Cecilia Chacón iba a ser la carta del fujimorismo para presidir el Congreso de la República en la próxima legislatura (2017-2018), Keiko Fujimori, la presidenta de Fuerza Popular, optó a último minuto por Luis Galarreta, su 'sabueso' más fiel y fiero en el último año, y el abanderado de la confrontación con el Gobierno que marcó los últimos 12 meses legislativos.
¿Por qué Keiko decidió dejar de lado a una 'canterana' como Chacón por un recién llegado como Galarreta? En público, los fujimoristas tendrán que decir 'chi, cheñó a la decisión de su lideresa —ya se sabe qué pasa cuando se disiente—, pero para algunos analistas y observadores, la candidatura de Galarreta acentuará las fisuras internas en el fujimorismo, marcadas ahora por la pugna entre Keiko Fujimori y su hermano, Kenji, quien tiene el respaldo de su padre, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori. "A ella (Keiko) le será difícil librar dos batallas a la vez: contra el gobierno y contra su hermano", dijo el analista Luis de la Puente en el programa Tr3s D, de La República TV.
"Luis Galarreta da un giro de 180 grados en su comportamiento penosamente camorrero, o su designación como nuevo presidente del Congreso es una señal de que Keiko Fujimori quiere ir al choque en Fuerza Popular contra su padre y su hermano Kenji, y contra el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski", sostiene por su lado el periodista y columnista Augusto Álvarez Ródrich.
En el último año, Galarreta, como vocero del fujimorismo, se dedicó a dinamitar cualquier puente de diálogo o entendimiento con el Gobierno. Fue incluso el que tuvo las palabras y los calificativos más hostiles en sus intervenciones públicas, como cuando dijo, con desparpajo, que Carlos Moreno, el exasesor de PPK, tenía más influencia que Vladimiro Montesinos en su tiempo; incluso llegó a decir que el 'Doc' recién "apareció a la mitad del gobierno de Fujimori"; arremetió contra el jefe del gabinete, Fernando Zavala, de quien dijo que es "una especie de Montesinito, porque paga gente con plata de los peruanos para mover las redes"; cómo olvidar aquella vez que, en el hemiciclo, equiparó la prueba PISA a un "psicosocial", solo para justificar la animosidad fujimorista contra el entonces ministro de Educación Jaime Saavedra.
Ahora, al parecer, esas mentiras y exabruptos fueron bien vistos por Keiko Fujimori. "Se ha premiado la fidelidad de Galarreta [...] Otros candidatos tenían una imagen de mayor conciliación pero parece que optaron por alguien fiel que ha sabido defender a la lideresa de la bancada", dijo el pollitólogo Eduardo Dargent en El Comercio.
¿Pero Galarreta podría cambiar y volverse un presidente del Congreso convocante y conciliador? Todo es posible, porque si algo ha demostrado el próximo titular del Legislativo, desde que apareció en política con Renovación, partido de Rafael Rey, es capacidad de mutar y de acomodarse a las circunstancias para mantenerse a flote; para ello basta recordar lo que decía en 2010, cuando indicó que la eventual elección de Alex Kouri como alcalde de Lima sería "el primer peldaño para la vuelta de la mafia, que representa también por la candidata Keiko Fujimori".
"Nadie quita la posibilidad que el cargo haga a la persona. Quizá Galarreta cambie su conducta, pero si él ha ganado un concurso es el que premia a quien fue el más duro del fujimorismo con el Gobierno", anotó Dargent.
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