No les duró mucho el acercamiento que a principios de abril, en Mar-a-Lago, mostraron los presidentes de EEUU y China, Donald Trump y Xi Jinping, pues la Casa Blanca, fiel a su estilo, volvió a presionar a Pekín para que ayude a frenar la carrera nuclear de su aliado, Corea del Norte

Trump fue directo, primero se manifestó en su red social favorita, Twitter, luego sancionó a un banco chino por sus operaciones con el régimen de Pyongyang, después vendió 1.420 millones de dólares en armamento a Taiwán y, finalmente, este domingo envió un barco de guerra a Tritón, un enclave perteneciente al avispero territorial de las Islas Paracelso en el mar de China Meridional.

A Pekín no le ha gustado esta serie de acciones y el presidente Xi, en una diálogo telefónica con Trump, manifestó que había notado el afloramiento de "factores negativos" en la relación bilateral que mantienen, según reportaron medios estadounidenses.

¿Cuál es la importancia de Tritón? Este lugar, que fue tomado por Pekín en 1974, alberga un  helipuerto que sirve de puesto de avanzada chino. La soberanía de este territorio, que es un punto de tensión muy fuerte, es reclamada por Vietnam y Taiwán. Este domingo, el destructor USS Stethem, armado con misiles guiados Tomahawk, se aproximó hasta una distancia de 12 millas náuticas (el límite de las aguas territoriales), explicó El País.

“Es una seria provocación militar y política. Las Islas Xisha [nombre chino de las Paracelso] son una parte inherente del territorio chino. Estados Unidos, que está espoleando los problemas en la zona, marcha en dirección opuesta de aquellos países en la región que aspiran a la estabilidad, la cooperación y el desarrollo”, fue la respuesta de Pekín ante la amenazadora maniobra.

La Marina estadounidense ha declarado que se trata de una operación prevista desde hace semanas y no responde a ningún tipo de presión. Pero lo cierto es que Washington no dejará tranquilo al régimen chino hasta que obligue a Pyongyang a frenar su carrera armamentística. Que la maniobra del destructor llegue horas antes de la conversación telefónica de Trump y Xi Jinping y a pocos días de su encuentro en la cumbre del G-20 en Hamburgo no es gratuito. La señal es clara para la mayoría de analistas.

En la conversación que mantuvo con Trump, el presidente chino instó a su par estadounidense a comprometerse con el principio de "una sola China" que reconoce a Pekín como único representante de China y no a Taipéi.

"Valoramos el hecho de que el presidente Trump haya reiterado su adhesión a la política de una sola China y esperamos que Estados Unidos pueda mantenerse en su compromiso (...) y maneje de forma cautelosa y apropiada los asuntos relacionados con Taiwán", dijo Xi Jinping. 

(Foto de portada: AFP)

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