Como una oración que se repite en silencio, durante tres años, los niños del Seminario Menor Juan Pablo II, de Moyobamba, en la región San Martín, repitieron las palabras que el padre español Santiago Martínez les dijo tras abusar de ellos: "No digan nada a nadie".  

Los menores compartían con Martínez residencia en el claustro religioso, en donde fueron abusados repetidas veces. El 7 de marzo de este año, el menor de 14 años, de iniciales N.J.M., rompió su silencio y le confió el secreto al sacerdote Moisés Pérez Díaz: su colega, Santiago Martínez lo había ultrajado un día antes. Estas revelaciones llegaron a los oídos del rector del seminario, el sacerdote español César Gallardo De Gracia.

“A las 11 y 45 de la noche, siento que alguien mete la mano por debajo de mi frazada e intentó tocarme el pene hasta en dos oportunidades. (...) Me percaté que por sus características se trataba del padre Santiago Martínez”, afirmó  N.J.M., de acuerdo a un documento fiscal al que La República tuvo acceso.

Pero, claro, esta no era la primera vez que le sucedía. En el 2014 también tuvo que pasar por una situación similar y con el mismo cura Santiago Martínez. "En 2014, cuando descansaba, el padre en mención se me acercó y cogió mi mano para llevársela a su pene", contó el menor.

El efecto dominó no tardó en llegar. Al día siguiente, el 8 de marzo, otro alumno rompió el silencio que tanto les había pedido Martínez.

“Estaba echado en mi cama y escuché los pasos del padre Santiago... Me hice el dormido y el padre empezó a sacarme el pantalón, bajó mi calzoncillo y comenzó a… Yo me hice el dormido”, narró el menor que pidió que lo identificaran como “Ángel”.

Por supuesto, este tampoco fue un hecho aislado, pues en julio de 2016, "Ángel" fue enviado a descansar a su cuarto a causa de una fuerte fiebre. A las 9:30 de la noche, Martínez, quien le dijo que le llevaría una pastilla, abusó de él sexualmente. “Sentí miedo... él actuaba como si nada hubiera pasado”, declaró.

La madre de "Ángel", quien confió en el padre Martínez para que llevara a su hijo hacia el anhelado sacerdocio, enfurecida y decepcionada reclamó al rector del seminario y le pidió una confrontación con el acusado de violación.

“Cuando vino, le pregunté: ‘Padre, ¿qué ha pasado? ¿Y la confianza que le deposité por mi hijo? Nosotros somos padres que traemos acá a nuestros hijos porque confiamos en ustedes, porque son personas que están encaminadas a Dios, ¿por qué tenía que haber pasado esto?’. Así le dije al padre Santiago”, relató la madre del menor para La República.

"ÁNGEL" FOTO: LA REPÚBLICA.

“Me contestó que no era como lo estaban diciendo. Que él tenía otra manera de tratar a los niños. ‘Padre Santiago, eres mi amigo, me duele en el corazón denunciar a un amigo, no es fácil, pero yo lo voy a hacer’, le dije. Y así fue”, añadió.

Efectivamente, el 10 de marzo denunció al sacerdote y retiró a su hijo del seminario. Luego de estas revelaciones no es extraño que hayan más víctimas. El 12 de marzo pasado, el menor de 14 años con iniciales E.P.A narró al rector del seminario que también había sido abusado por Martínez.

En esa oportunidad el niño sintió dolores estomacales, por lo que buscó a Martínez en su despacho, pues él era quien tenía conocimientos de medicina.

“Luego de palparme el abdomen, me dijo que me bajara el pantalón y el calzoncillo, procediendo a tocarme el pene por un momento. Al ver esta actitud, le dije que en ese lugar no me dolía”, confesó el menor, citado por La República.

MADRE DE E.P.A. FOTO: LA REPÚBLICA

“El padre Santiago era como un enfermero… Le bajó el pantalón hasta los tobillos y el calzoncillo hasta la rodilla, y mi hijo como era inocente no supo decirle nada. Le tocó su pene, dice, y lo hacía así, para arriba y para abajo… Otra vez se enfermó del estómago mi hijo. El padre le hizo lo mismo. Pantalón abajo, el calzoncillo a la rodilla y entonces le tocó otra vez… A mi hijo ya no le gustó. Le jugaba para arriba y para abajo su pene”, manifestó la madre de E.P.A.

Estos abusos se habían iniciado cuando E.P.A. tenía 13 años, durante el 2015.

Pero ahí no acaban. El niño E.C.G. también ofreció su testimonio ante el rector César Gallardo. La misma modalidad: los conocimientos médicos de Martínez como excusa para los tocamientos.

“Al sufrir un dolor de barriga acudí al despacho del padre Santiago Martínez, a fin de que me curase la dolencia. Entonces, me pidió que me bajara el pantalón y sobre el calzoncillo me empezó a tocar el pene”, manifestó.

“Otro día, al tener los mismos síntomas, (el cura) hizo que me bajara el pantalón y metió su mano por debajo del calzoncillo, logrando tocarme los testículos. Al escuchar que tocaban la puerta me indicó que me subiera el pantalón”, contó E.C.G. al rector, tal como aparece en la denuncia fiscal.

La defensa

El rector del seminario, César Gallardo De Gracia, denunció los hechos el viernes 17 de marzo pasado ante la comisaría de Uchuglla, Moyobamba. Esto fue diez días después de la primera confesión. El expediente pasó a manos del fiscal Saturnio Ccallo Chirinos.

El sacerdote Martínez hizo exactamente lo que les pidió a sus víctimas: guardó silencio. No desmintió las imputaciones, simplemente calló.

“El denunciado Santiago José Martínez Valentín-Gamazo, en presencia de su abogado defensor, Jesús Guevara Romero, se acogió al derecho de abstenerse a declarar”, se indica en el expediente del caso.

La República asegura que también intentó recoger la versión del acusado de abuso sexual a menores, pero este se negó.

Las víctimas

Dos de los cuatro denunciantes aún continúan en el seminario bajo la tutela de los compañeros del padre Martínez. E.P.A. es uno de ellos.

“Él quiere, él llora… Él quiere seguir en el seminario. Desde muy pequeñito decía que quería ser sacerdote. Yo le digo a mi hijo: ‘Te retiro del seminario’. Y me respondió: ‘No, mamá, porque a mí me han dado un carguito como sacerdote. Cuando no están (los curas), yo ocupo el lugar de ellos. Y se pone a llorar”, relató la madre del menor E.P.A.

Los padres del niño N.J.M. optaron por no acusar a Martínez, pues según fuentes de La República, son catequistas y muy pegados a la Iglesia Católica. Pero, claro, decidieron retirar a su hijo del seminario.

DATOS

► El sacerdote Santiago Martínez Valentín Gamazo tiene 41 años de edad y es natural de Toledo-España.

► El 4 de agosto de 2007 llegó por primera vez al Perú y se incorporó en el 2013 al seminario de Moyobamba (fundado en el 2009).

► Martínez se encuentra residiendo en la catedral de Moyobamba, hasta que las autoridades resuelvan su situación legal.

(Foto de portada: La República)

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