Cuatro días para proponer un modelo de solución al problema de la informalidad en el Perú. Estudiantes de los mejores puestos de distintas universidades e institutos del país, reunidos en la Base Naval del Callo, durante cuatros días, recibieron este desafío en sus manos, que es enorme y problemático; basta con escuchar qué es lo que vienen diciendo los gobiernos, empresarios, opinólogos y la ciudadanía en general sobre el tema.
Esa ha sido la actividad principal del CADE Universitario 2017, alimentada por las ponencias y recomendaciones de oradores, emprendedores y conocidos especialistas de distintos rubros. Lo que, sin lugar a duda, suena como algo positivo, nos referimos a la creación colaborativa de soluciones entre peruanos de distintas regiones, en la práctica significó cansancio, discusión, esfuerzo y ejercicios de tolerancia y paciencia. La edición de esta CADE le demandó esto a los estudiantes, y más.
“Todos tienen diferente ideas y todos están muy enfocados en sus metas y objetivos. Lo que sí es que puedo rescatar de ellos algunas ideas”, dice Maricela Dominguez, de 20 años, estudiante de Contabilidad de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga de Ayacucho. En un momento en el que ella discutía con su grupo de trabajo su propuesta para enfrentar la informalidad con otros estudiantes, nos dijo que ella cree que “cada uno puede poner su granito apoyo” para proponer una solución, fuese de la carrera que vengan.
En otra aula en el que experimentaban sobre los alcances de su proyecto para la formalización, luego de que el día anterior estuvieron hasta la media noche procesando testimonios de personas que pasaron por la informalidad, pudimos escuchar una discusión entre un grupo y los responsables del salón -llamados 'facilitadores'-, y era acerca de la dinámica de trabajo. Los otros pequeños grupos de entre 4 y 6 estudiantes -eran 22 por aula, en total 654 cadeístas- abogaban por adaptarse a lo que pedían los facilitadores. No duró más de dos minutos este breve intercambio, que evidenció pequeñísimos ejercicios de paciencia. Si el CADE Universitario apunta a alimentar el liderazgo de estos jóvenes, cuestionar es parte del proceso para conseguir ello.
“A veces yo me decía 'soy de la carrera de Medicina humana y veo más problemas de salud, no tanto problemas de corrupción e informalidad'. Sin embargo ese es el desafío que quiero asumir”, dice Joaquín Cordova de 21 años, de la Universidad Privada de Tacna, estudiante del último año. “Nos están exigiendo bastante, pero vale la pena”.
Diferentes formas de abordar el problema, distintas carreras y variada formación cultural. Esta era, pues, una oportunidad para todos y no para una sola persona. Los cuatros días sirvieron para que un problema real, tangible por los peruanos -por ellos-, como es el de ser formal, el de jugar justo y superar las malas prácticas, sea abordado desde la interrelación y desde el desarrollo de habilidades en el camino.
Jenifer Ponce de 21 años, también de Tacna y de la misma universidad de Joaquín, pero de la carrera de Tecnología médica, sabe que la corrupción y la informalidad se ha vuelto parte de los problemas no solo de los profesionales de la salud. “Eso está en todas las entidades. Y en lo que respecta a nosotros, trabajamos sirviendo a los pacientes en hospitales y clínicas, y el problema del desafío yo lo relaciono en cómo se trata a los pacientes y cómo brindarles un diagnóstico correcto”.
Cómo entendió el desafío de enfrentar la informalidad Eduardo Maquito, de la Universidad Católica de San Pablo de Arequipa, de la carrera de Administración de negocios, durante este programa de cuatro días en el que hacer lo correcto era la exigencia y parte de la reflexión sobre lo que ocurre en el país, resume el núcleo del desafío. “Los empresarios, si por ellos fuera, evitarían la mayor cantidad de impuestos posibles. Pero hay que entender que los impuestos no son un regalo al Estado, sino una inversión en el país y, además, para que nosotros nos sirvamos de ellos".
Los ganadores del desafío
Este sábado último el CADE Universitario 2017, organizado por IPAE, finalizó, no sin antes de ser elegido el grupo que tuvo la propuesta más destacable en esta edición. Ganó el grupo 8 y su metodología de las 5C (comprobar, capacitar, comunicar, conectar y controlar), el cual compitió con los otros dos grupos finalistas y sus propuestas (esta y esta otra)
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