Hasta que hizo acto de presencia. El alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, llegó a la cuadra 4 de la calle Guillermo Dansey, en el Cercado de Lima, casi después de 20 horas de haberse iniciado un incendio que hasta el momento es incontrolable por los bomberos en la galería Nicolini, ubicada en la zona de Las Malvinas.

El burgomaestre manifestó que es prematuro asignar "responsabilidades" por este siniestro, sin embargo, señaló que la municipalidad hará una investigación "a fondo" para dar con los responsables. "Esto no va a quedar impune, caiga quien caiga", dijo el alcalde.

Para intentar sacudirse de la responsabilidad que le compete, Castañeda acusó a los dueños de la empresa JPEG S.A.C, quienes habrían obligado a trabajar a sus empleados en situación de encierro dentro contenedores en la parte superior de la galería, que eran usados como almacenes de productos altamente inflamables (cloro, pintura y material sintético).  "Hay que tener mayor consciencia", reclamó.

Al llegar al lugar, donde hay más 300 bomberos que siguen luchando contra el fuego y siguen desaparecidas cuatro personas que trabajaban en condiciones infrahumanas en los contenedores que se colocaron ahí desde el 2015, el alcalde mostró un documento, que sería el acta de clausura de la galería Nicolini, con fecha del 9 de este mes. "Clausura hasta que se regularice la conducta infractora", se puede leer en el documento. Sin embargo, los comerciantes aseguran que tenían todo en regla.

¿Qué pasó con la fiscalización?

Pero lo que no explicó Castañeda es por qué nadie en la Gerencia de Fiscalización de su administración se encargó de que, en efecto, esa medida se cumpla. Esa es su labor. De hecho, el Cuerpo General de Bomberos cuestionó la falta de control y supervisión de las autoridades competentes para garantizar que las normas de seguridad en este tipo de negocios en que campea la informalidad se acaten. 

Incluso hay quienes atribuyen responsabilidad política al alcalde de Lima por este incendio.

Pero Castañeda, quien en sus tres periodos como alcalde no ha logrado hacer de el Cercado de Lima una zona segura, parece no estar dispuesto a asumir lo que le corresponde como autoridad, porque sostuvo "nunca ha habido una estrategia de fiscalización más fuerte" como la suya. "Es la fiscalización más dura, nuestros procesos son bastante fuertes. Son 20 locales diarios que se cierran", alegó.

Sin embargo, no supo explicar cómo es que se pudieron colocar los contenedores, desde octubre del 2015, en la parte alta de la galería sin que los fiscalizadores de su administración se den cuenta ni adviertan el peligro que implicaba. "Yo no sé eso exactamente, pero fiscalización hace un gran trabajo", dijo.  

Castañeda consideró que este incendio ocurrido en un local que fue cerrado hace más de 10 días debe servir para que el sistema legal se fortalezca y que se sancione con dureza "a los directivos, los privados que no hacen caso o hacen caso omiso" a las leyes.

(Foto de cabecera: Municipalidad de Lima)

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